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Sari Arponen, internista: "La mayoría no necesita comer tantos hidratos, demasiada energía para el ejercicio que hacen"
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CONSEJO SOBRE HIDRATOS DE CARBONO

Sari Arponen, internista: "La mayoría no necesita comer tantos hidratos, demasiada energía para el ejercicio que hacen"

La experta ha señalado las diferencias entre los diferentes tipos de hidratos de carbono y ha explicado en qué casos sería recomendable consumir algunos como la pasta o el arroz

Foto: (Fuente: YouTube)
(Fuente: YouTube)

En una sociedad cada vez más preocupada por la alimentación y los hábitos saludables, la doctora Sari Arponen, internista y divulgadora en salud integrativa, ha lanzado un mensaje claro: no es necesario comer tantos hidratos de carbono como creemos. Su advertencia, basada en evidencia científica y observación clínica, apunta directamente al estilo de vida sedentario de buena parte de la población y a la tendencia generalizada de consumir más energía de la que realmente se gasta.

Durante una reciente intervención, Arponen ha subrayado la necesidad de diferenciar entre los diferentes tipos de carbohidratos. Por un lado, están aquellos que nutren directamente a la microbiota intestinal, como la fibra presente en frutas, verduras, hortalizas, legumbres o frutos secos. “Esa fibra soluble y fermentable es muy interesante para nuestra flora intestinal y para nuestros microorganismos”, ha explicado. Este tipo de fibra, según la especialista, debería tener un lugar prioritario en la alimentación.

En el otro extremo, se sitúan los hidratos de carbono más comunes: harinas, cereales, arroz, pasta o patatas. A pesar de que estos alimentos no son necesariamente perjudiciales, Arponen insiste en que su consumo debe adaptarse a las necesidades energéticas de cada persona.

"El arroz, por ejemplo, o la propia patata pueden ser muy interesantes en ciertas cantidades, pero pensemos que necesitamos una gran cantidad de vitaminas, minerales o polifenoles, esas sustancias bioactivas que le dan color a la verdura o a la fruta", ha asegurado.

Por ello, la experta ha explicado que "sería interesante comer esos hidratos de carbono procedentes de la hortaliza, la verdura, la fruta, el fruto seco también, la legumbre, la seta". "¿Por qué? Porque si hacemos mucha actividad física y tenemos una gran necesidad energética, quizá hay que meter arroz, patata, pasta. Pero la mayoría de la gente no necesita tanta energía, porque consume más de la que gasta con su actividad física", ha añadido.

Foto: Mujer experimentando un calambre en la pierna (Drazen Zigic para Freepik)

Este desajuste entre lo que se consume y lo que realmente se necesita está, según la experta, en el origen de muchos de los problemas de salud actuales. “Tenemos más problemas de resistencia a la insulina, sobrepeso u obesidad que de falta de energía”, ha afirmado.

A pesar de su postura, la doctora no apuesta por eliminarlos por completo. “Yo defiendo que debe haber hidratos en nuestra alimentación porque son nuestra fuente principal de energía. Si los elegimos bien, aportan saciedad y ayudan a controlar la ansiedad”, ha explicado. Sin embargo, recalca que nunca deberían desplazar a las verduras, verdaderas protagonistas de una alimentación saludable.

Foto: Aurelio Rojas, reconocido cardiólogo. (YouTube: El Podcast de Kobho )

En este sentido, la experta lo tiene claro. "Entre comerte un brócoli con salmón, huevo o tofu, y de postre un lácteo fermentado, fruta, frutos secos o chocolate negro, o bien comer primero un plato de pasta, luego un filete empanado con patatas fritas y después unas natillas, uno ya sabría cuál es más saludable. Otra cosa es quien de verdad tiene un trabajo físicamente exigente o hace alto rendimiento: esas personas sí tienen unas necesidades energéticas que no se cubren solo con brócoli", ha sentenciado.

En una sociedad cada vez más preocupada por la alimentación y los hábitos saludables, la doctora Sari Arponen, internista y divulgadora en salud integrativa, ha lanzado un mensaje claro: no es necesario comer tantos hidratos de carbono como creemos. Su advertencia, basada en evidencia científica y observación clínica, apunta directamente al estilo de vida sedentario de buena parte de la población y a la tendencia generalizada de consumir más energía de la que realmente se gasta.

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