Ni a temperatura ambiente ni en el cartón: esta es la mejor manera de conservar los huevos en el frigorífico

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Conservar correctamente los huevos en casa puede marcar una gran diferencia en su seguridad y calidad alimentaria, pese a que su venta en supermercados se realice a temperatura ambiente. Muchas personas continúan almacenándolos de forma inadecuada, lo que puede aumentar el riesgo de contaminación y reducir su vida útil sin que se den cuenta.

Según advierte el perfil especializado (@cobardesygallinas), la mejor forma de conservar los huevos es mantenerlos en el frigorífico, pero sin el cartón original y alejados de la puerta. Este envase, útil solo durante el transporte, puede contener bacterias y residuos que no deberían mezclarse con otros alimentos frescos. De hecho, su presencia en la nevera representa un riesgo innecesario que puede evitarse fácilmente.

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R. Badillo

Los errores más comunes en la nevera

Uno de los fallos más habituales es dejarlos en la puerta del frigorífico, una zona sometida a cambios constantes de temperatura cada vez que se abre. “No deben dejarse en la puerta del frigorífico, ya que están expuestos a mayores cambios de temperatura y son delicados”, insisten desde esta cuenta divulgativa. Lo más recomendable es colocarlos en los estantes superiores, donde el frío es más constante.

Además, el propio etiquetado que acompaña a estos productos aclara que se deben “conservar refrigerados después de la compra”. Aunque no se trata de una obligación legal sujeta a sanción, esta recomendación oficial busca precisamente mejorar su conservación y reducir el riesgo de deterioro. La clave, por tanto, está en refrigerarlos adecuadamente desde el primer momento. Y nunca dejarlos en la encimera al lado de una fuente de calor, como el microondas, la vitrocerámica o el horno.

El huevo destaca por ser una fuente de proteínas de alta calidad y por aportar nutrientes esenciales como vitamina D, vitamina B12, hierro y selenio. Debido a su valor nutricional, es fundamental extremar las precauciones durante su conservación. El frigorífico, bien utilizado, se convierte en su mejor aliado para mantenerlos en óptimas condiciones durante más tiempo.