El error que todos cometemos en España al preparar unas albóndigas
Las diferencias entre un resultado estupendo y otro mejorable reside en la utilización de un ingrediente que provoca que este pierda su jugosidad y textura tan características.
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La cocina es un mundo realmente diverso. Desde las recetas caseras más sencillas hasta los platos más elaborados en un restaurante de prestigio, las posibilidades se muestran prácticamente ilimitadas. Sin embargo, existen comidas que, pese al paso de los años y el cambio de tendencias gastronómicas, nunca van a fallar. Las albóndigas son una de ellas.
Si bien puede parecer simple, cocinar unas albóndigas de calidad requiere que seamos meticulosos y detallistas en su preparación. Sin embargo, existen prácticas muy extendidas que, pese a su popularidad, afectan severamente el cocinado de las mismas. Un ejemplo muy ilustrativo de ello es emplear pan rallado como uno de los ingredientes principales.
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Lo más básico para preparar unas buenas albóndigas es la carne. En este sentido, una mezcla de carne de cerdo y ternera permite un acabado final más jugoso y sabroso. Por otro lado, si preferimos una comida más ligera, podemos utilizar carne de pollo y pavo, teniendo en cuenta que una ligera dosis de grasa evitará que el sabor sea mayormente seco. En el caso de recurrir al pan rallado, este afectará enormemente a la textura de la receta.
Evitar este ingrediente
La calidad de nuestras albóndigas se verá comprometida con el uso de este ingrediente. Y es que el pan rallado se caracteriza por su naturaleza seca y molida, lo que provocará que actúe como agente absorbente de líquidos propios de la carne. Esto implica que el resultado final presente una mayor densidad hasta niveles resecos.
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Se trata de un elemento que provocará que las albóndigas pierdan su ternura y jugosidad, imponiéndose un sabor sin mucha sustancia. Por esta razón, numerosos expertos gastronómicos recomiendan retirar el pan rallado de la elaboración de las albóndigas, ofreciendo algunas alternativas para que estas conserven su atractivo sabor.
Una de las más populares es pan del día anterior remojado. Con este ingrediente, la humedad de las albóndigas se mantendrá en la carne sin que esta se apelmace. Si bien absorberá líquidos igualmente, no lo hará al nivel del pan rallado, de manera que la textura de esta no sea tan densa y conserve su particular jugo.
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