Un hombre encuentra unas antiguas monedas en el campo: valen más de 20.000 euros

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Un aficionado a la detección de metales de 90 años ha encontrado un tesoro valorado en más de 20.000 libras (alrededor de 23.400 euros) mientras exploraba un campo en Cranborne, un pequeño pueblo de Dorset, Inglaterra. Todo ocurrió tras hacer una pausa para comer bajo un árbol, justo después de haber encontrado una antigua moneda victoriana cerca de una verja. Decidió seguir buscando en esa misma zona, y en lugar de más objetos comunes, comenzó a desenterrar piezas de plata. Aquella decisión le condujo a uno de los hallazgos más importantes de su vida.

Lo que descubrió fueron 67 monedas de plata conocidas como staters, utilizadas por la tribu celta de los durotriges en la Edad de Hierro. Durante cinco días de trabajo, y con la colaboración de otros miembros de su club de detectores, fueron apareciendo las monedas una tras otra. Una cerca metálica en el área dificultaba la señal del detector, pero al retirarla con permiso del dueño del terreno pudieron continuar la búsqueda. Sin embargo, no se localizaron más piezas tras ese lote inicial. El descubrimiento ha sido considerado de gran valor arqueológico.

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R. Badillo

La colección de monedas se subastó el jueves 29 de mayo en Noonans Mayfair, una conocida casa de subastas londinense especializada en numismática y objetos históricos. Se estima que el conjunto alcanzó un valor de 20.000 libras, según la mencionada casa de apuestas. El importe obtenido será repartido entre el descubridor y el propietario del terreno, siguiendo la legislación británica sobre hallazgos arqueológicos. El autor del hallazgo, que ha preferido mantenerse en el anonimato, no tiene planes concretos para el dinero. Solo ha dicho que su idea es disfrutarlo.

El detectorista utilizaba un equipo modelo White XLT cuando dio con el primer stater. Según relató, reconoció al instante que no se trataba de una moneda corriente. El hallazgo tuvo lugar durante una jornada organizada por su club, y su experiencia le ayudó a valorar de inmediato la importancia del descubrimiento. Lo que comenzó como una jornada tranquila con un simple hallazgo bajo una verja, terminó convirtiéndose en una historia digna de los libros de arqueología. Todo gracias a un descanso a la sombra de un árbol.