El truco natural que es mano de santo para limpiar los toldos y pérgolas de tu terraza sin estropearlos
Con ingredientes que tienes en casa, puedes dejar el toldo como nuevo y alargar su vida útil sin esfuerzo
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Con el paso del tiempo, los toldos exteriores terminan cubiertos de manchas, polvo y hasta moho, especialmente si se encuentran en zonas húmedas. Esta suciedad, más frecuente de lo que solemos admitir, puede afectar tanto al aspecto como a la durabilidad del tejido. Por suerte, existe una solución natural que permite devolverles su estado original sin desinstalarlos. Basta con utilizar ingredientes comunes y seguir un procedimiento muy sencillo. El resultado es eficaz y seguro para la lona.
Cómo hacer una limpieza eficaz sin descolgar el toldo
Para llevar a cabo la limpieza, solo se necesita agua templada, jabón neutro y un cepillo de cerdas suaves. Primero, se recomienda eliminar el polvo en seco y, a continuación, mojar toda la superficie para evitar que la suciedad se adhiera aún más. El siguiente paso consiste en frotar con movimientos circulares. Si hay zonas especialmente sucias, como excrementos de aves o moho, el vinagre blanco es una excelente ayuda: basta con dejarlo actuar unos minutos antes de aclarar. Es imprescindible dejar secar el toldo por completo antes de recogerlo.
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Soluciones caseras para toldos con suciedad persistente
Cuando la lona lleva mucho tiempo sin mantenimiento, puede ser necesario recurrir a mezclas más potentes. Una pasta de bicarbonato y vinagre ayuda a desincrustar manchas difíciles. En casos de moho muy extendido, la lejía diluida —solo en toldos claros— puede resultar efectiva, siempre que se utilice con precaución. Si el toldo está a gran altura, es preferible usar pértigas telescópicas con esponja o dispositivos pulverizadores de largo alcance. Y si el acceso es complicado, contar con un servicio profesional es la opción más segura.
Más allá de la limpieza puntual, es importante adoptar rutinas de mantenimiento que eviten futuras acumulaciones. Aspirar el polvo de forma regular, evitar enrollarlo mojado y aplicar productos impermeabilizantes contribuyen a preservar tanto el color como la estructura del toldo. En los casos en que la lona está deteriorada de forma irreversible, sustituirla puede ser la mejor decisión. Desde Toldos Peral recuerdan que ofrecen asesoramiento personalizado para evaluar si compensa más una limpieza profunda o una renovación completa del material.
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