Carl Jung, filósofo: "Lo que una persona reprime termina dirigiendo su vida desde las sombras"
Muchas veces confundimos simpatía con bondad. Pero la verdadera nobleza no siempre es carismática
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Lo que no se hace consciente se convierte en destino. Esta idea, pronunciada hace décadas por Carl Gustav Jung, resuena hoy más que nunca en una sociedad que vive entre máscaras, filtros y emociones reprimidas. El filósofo y psiquiatra suizo se adentró como pocos en los rincones ocultos del alma humana, iluminando una verdad incómoda: lo que no se afronta termina por gobernarnos.
En el fondo del carácter humano, hay una tensión constante entre lo que mostramos y lo que ocultamos. Jung llamó "la sombra" a ese rincón inconsciente donde enterramos deseos, temores y verdades incómodas. Pero ignorarla no la elimina: la sombra sigue actuando, muchas veces disfrazada de impulso, de reactividad o de patrón repetido.
Jung no solo hablaba de teoría psicológica, sino de herramientas prácticas. Su propuesta era clara: para conocer a alguien, observa cómo actúa ante el poder y ante la adversidad. Dos pruebas que desnudan el alma más que cualquier palabra amable.
"No puedes despertar a quien finge estar dormido", advertía Jung. En una era en la que muchos aparentan y pocos se miran de verdad, esta frase cobra más sentido que nunca.
El camino de la individuación, clave en la filosofía junguiana, es ese proceso de integración de todas nuestras partes: la luz, la sombra, el ego y la herida. No se trata de ser perfectos, sino de ser íntegros. De actuar con conciencia incluso cuando duele.
Muchas veces confundimos simpatía con bondad. Pero la verdadera nobleza no siempre es carismática. Hay personas discretas, humildes, silenciosas, que han pasado por tormentas y han salido con más compasión que resentimiento.
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Para vivir mejor, hay que mirar distinto. Jung nos animaba a observar más allá de los gestos y discursos. A ver cómo alguien trata al débil, al que no le aporta nada. A reconocer si el dolor le saca violencia o sabiduría.
"El caos llama a quien puede responder desde el alma", escribió Jung. Una frase que es, en sí misma, una brújula. En momentos de pérdida, de rabia, de ruptura, todos mostramos de qué estamos hechos: tú también.
Lo que no se hace consciente se convierte en destino. Esta idea, pronunciada hace décadas por Carl Gustav Jung, resuena hoy más que nunca en una sociedad que vive entre máscaras, filtros y emociones reprimidas. El filósofo y psiquiatra suizo se adentró como pocos en los rincones ocultos del alma humana, iluminando una verdad incómoda: lo que no se afronta termina por gobernarnos.