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Xevi Verdaguer, psiconeuroinmunólogo: “Tienes que desayunar cuando tengas hambre, entre las 8 y las 10, pero no inmediatamente después de despertar”
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La hora de las comidas importa

Xevi Verdaguer, psiconeuroinmunólogo: “Tienes que desayunar cuando tengas hambre, entre las 8 y las 10, pero no inmediatamente después de despertar”

El especialista defiende que la forma en la que organizamos las comidas tiene un impacto directo en el sistema digestivo, el equilibrio hormonal y la calidad del descanso nocturno

Foto: Xevi Verdaguer, psiconeuroinmunólogo. (Youtube)
Xevi Verdaguer, psiconeuroinmunólogo. (Youtube)

El desayuno no debería ser lo primero que haces al levantarte, sino un paso más dentro de tu ritmo natural diario. Así lo asegura el experto en salud integrativa Xevi Verdaguer, quien defiende que la forma en la que organizamos las comidas —especialmente la primera— tiene un impacto directo en el sistema digestivo, el equilibrio hormonal y la calidad del descanso nocturno. En su intervención en el pódcast Gente Interesante, el psiconeuroinmunólogo ofrece una perspectiva clara: el intestino necesita tiempo para "abrir sus puertas" antes de recibir alimentos.

“Tienes que desayunar cuando tengas hambre, entre las 8 y las 10, pero no inmediatamente después de despertar”, explica. ¿La razón? Según Verdaguer, durante la primera hora tras abrir los ojos, el reloj interno del intestino —regulado por los llamados genes clock— aún no está sincronizado del todo con el cerebro. Forzar la digestión en ese momento puede alterar los ritmos circadianos, provocar picos hormonales innecesarios y generar más ansiedad por la comida a lo largo del día.

Foto: Su potencial antienvejecimiento ha sido uno de los últimos beneficios asociados a este cereal.(iStock)

Romper con la idea de desayunar nada más levantarse es una de las claves de su propuesta. Verdaguer recomienda optar, en su lugar, por un café solo o una infusión sin ningún tipo de ingrediente añadido. “Ni leche vegetal, ni leche animal, ni azúcar, ni miel”, aclara. Ingerir líquidos que requieran digestión activa el sistema demasiado pronto. En cambio, el café solo o el té verde ayudan a regular el reloj biológico sin interferir con el sistema digestivo.

Además, este pequeño cambio contribuye a alargar el descanso digestivo nocturno, generando un ayuno intermitente de unas 14 horas si, por ejemplo, se cena a las 20.00 y se desayuna a las 10.00. “Esto ya se ha visto que tiene mejoras cardiometabólicas y que reduce las inflamaciones”, afirma el experto. Entre los beneficios: mejora de los niveles de glucosa, triglicéridos y colesterol, reducción de la grasa abdominal e incluso disminución del ronquido al dormir.

El planteamiento de Verdaguer se basa en el principio de la crononutrición, que sugiere ajustar el horario de las comidas a los ciclos biológicos del cuerpo. Por ejemplo, el almuerzo debería realizarse entre las 12.00 y las 15.00, cuando se produce el mayor pico de enzimas digestivas. Esto favorece una mejor asimilación de los nutrientes y evita sobrecargas digestivas.

Respecto a la cena, sugiere hacerla entre las 18.00 y las 22.00, pero siempre antes del anochecer. Esta pauta permite que el cuerpo tenga al menos 12 horas sin digestión, favoreciendo así procesos clave como la regeneración celular o el refuerzo del sistema inmunológico durante la noche.

El desayuno no debería ser lo primero que haces al levantarte, sino un paso más dentro de tu ritmo natural diario. Así lo asegura el experto en salud integrativa Xevi Verdaguer, quien defiende que la forma en la que organizamos las comidas —especialmente la primera— tiene un impacto directo en el sistema digestivo, el equilibrio hormonal y la calidad del descanso nocturno. En su intervención en el pódcast Gente Interesante, el psiconeuroinmunólogo ofrece una perspectiva clara: el intestino necesita tiempo para "abrir sus puertas" antes de recibir alimentos.

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