Adiós a la ansiedad canina: el sencillo truco para entrenar a tu perro para estar más tranquilo en casa
Cuando un perro no tiene cubiertas sus necesidades físicas y mentales, puede desarrollar comportamientos hiperactivos y destructivos como forma de liberar su frustración
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Reducir la hiperactividad de un perro en casa es un reto común para muchas personas, pero se pueden aplicar unos cambios en la rutina que pueden marcar la diferencia sin necesidad de técnicas complejas ni adiestramientos extremos. Este enfoque combina rutinas estables, actividad física adecuada y un entorno emocionalmente seguro, facilitando una convivencia mucho más armoniosa. Lejos de soluciones milagrosas, este truco parte de fundamentos etológicos y del conocimiento de las necesidades reales del animal, y hay que trabajarlo cada día.
Para lograr una mayor serenidad en perros muy activos, el primer paso es garantizar que el animal tenga cubiertas sus necesidades de ejercicio físico y estimulación mental. No basta con sacarlo a pasear un par de veces al día: se requiere incluir juegos interactivos, paseos más largos o dinámicos y, si es posible, actividades que estimulen su olfato o su capacidad de resolver problemas. Parece contradictorio que activar a un perro le ofrezca tranquilidad, pero un can que gasta su energía adecuadamente y tiene las necesidades cubiertas es mucho más propenso a descansar en casa.
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Crear un rincón de tranquilidad
Como explican en Nutrisslovers, un elemento importante, obligatorio incluso, para fomentar un comportamiento calmado es disponer en casa de un espacio definido y confortable que el perro asocie con la calma. Se recomienda colocar una cama mullida, mantas y algunos juguetes en una zona sin ruidos ni paso constante de personas. Este rincón debe asociarse con experiencias agradables: caricias, premios o simplemente descanso sin interrupciones.
Además, una rutina diaria predecible proporciona seguridad emocional. Establecer horarios constantes para comer, salir a pasear y jugar ayuda a reducir la incertidumbre que puede generar ansiedad en los perros más nerviosos. Si el animal presenta ansiedad por separación, es fundamental introducir entrenamientos progresivos que le enseñen a tolerar la soledad, empezando por periodos muy breves y aumentando el tiempo de forma gradual.
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El refuerzo positivo sigue siendo una herramienta esencial. Premiar al perro cuando se muestra tranquilo, con palabras suaves, caricias o golosinas, refuerza ese comportamiento y le anima a repetirlo. Y, si el perro se siente intranquilo y se muestra hiperactivo, hay que evitar el castigo. Lo recomendable en esos casos es observar su conducta y tratar de entender qué ocurre y qué la provoca. El uso de música clásica o de aceites esenciales calmantes en difusor, como el de lavanda, puede ayudar a que el can se relaje.
Un masticable también es buena opción, pues la masticación ayuda a relajar a los perros. Por último, si los avances no son suficientes, consultar con un profesional en comportamiento canino puede ofrecer soluciones personalizadas adaptadas a cada caso. El nerviosismo y las conductas destructivas pueden estar provocadas por otros problemas de salud, como dolor. Cada perro es distinto y su bienestar merece una atención consciente y constante.
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