¿Tu suculenta se ha estirado? Esto es lo que puedes hacer para salvarla
Las suculentas son muy apreciadas por los principiantes debido a su resistencia, bajo mantenimiento y capacidad para adaptarse a distintos entornos
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¿Tu suculenta ha empezado a crecer hacia arriba y con tallos alargados? Este fenómeno, conocido como etiolación, es más frecuente de lo que parece y revela una señal clara: falta de luz. Aunque puede alarmar a los aficionados a la jardinería y dar a entender de que la planta está enferma, es un problema que tiene solución y se puede revertir para devolver a la planta su forma compacta característica.
Cuando una suculenta se estira, lo hace como respuesta a un entorno con iluminación insuficiente. Las hojas nuevas comienzan a crecer separadas, y el tallo se alarga en busca del sol. Tal como explica la experta en plantas Milicienta, en un vídeo de YouTube, “esto sucede justamente porque nuestra suculenta nos pide que necesita más luz solar”. El primer paso consiste, por tanto, en reubicar la planta en un lugar más soleado, preferiblemente con luz directa durante varias horas al día, evitando cambios bruscos que puedan afectar a su salud.
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Cómo cortar y replantar para salvar la planta
Una vez que el daño ya está hecho, la mejor solución es el corte. Se recomienda eliminar la parte estirada del tallo hasta donde las hojas vuelvan a crecer más juntas. Ese fragmento superior puede convertirse en una nueva planta si se deja cicatrizar correctamente antes del trasplante. Para ello, debe reposar durante varios días en un lugar fresco y sin sol directo. “Lo que tenemos que hacer es que este corte que hemos hecho cicatrice”, explica Milicienta, quien destaca que una vez seco, puede colocarse sobre sustrato o incluso en agua para desarrollar raíces antes de plantarlo.
El uso de agua como medio de enraizamiento ha demostrado ser efectivo. “Este frasco con agua… miren la cantidad de raíces que ha desarrollado”, comenta Milicienta al mostrar los resultados tras una semana. Durante este proceso, es fundamental no regar en exceso. Las suculentas retienen agua tanto en las hojas como en el tallo, por lo que deben dejarse secar completamente entre riegos. Solo cuando las raíces estén formadas y visibles puede comenzarse con riegos ligeros, evitando encharcamientos que podrían pudrir la base.
Además del corte principal, se pueden aprovechar las hojas más firmes y verdes para intentar la propagación. No todas responderán igual, ya que su éxito depende del estado y del tipo de corte. Lo ideal es retirarlas con un giro limpio desde la base y colocarlas sobre un sustrato seco. Con el tiempo, y si las condiciones son favorables, podrían generar brotes y raíces propias. Este método requiere paciencia, pero aumenta las probabilidades de recuperar la planta y multiplicarla de forma natural y sostenible.
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