Jesús Martínez, neurocirujano: "Las experiencias cercanas a la muerte no tienen ninguna explicación científica"

Un neurocirujano español ha compartido una experiencia que ha dejado atónito al propio equipo médico: durante una operación cerebral con el paciente despierto, este aseguró haber salido de su cuerpo y haberse “trasladado” a un muñeco gigante de madera flotando en el aire. No es la primera vez que alguien relata una vivencia así, pero lo sorprendente es que ocurrió mientras el cerebro era estimulado en directo durante la intervención.

Jesús Martínez Fernández, especialista en neurocirugía, relata en un vídeo del canal de Jordi Wild que el paciente estaba siendo operado de un tumor en una zona cerebral especialmente delicada, relacionada con el reconocimiento de emociones y la predicción de comportamientos sociales. Durante el procedimiento, el equipo médico le pedía al paciente que realizara tareas cognitivas para garantizar que las áreas funcionales no fueran dañadas. Todo transcurría con normalidad hasta que, tras una estimulación concreta, el paciente dejó de responder. “Me dice Natalia: el paciente se ha desconectado”, cuenta el cirujano. No se trataba de una pérdida de conciencia total, sino de un estado similar a una crisis de ausencia. A los pocos minutos, el paciente volvió en sí.

Cuando recobró la conciencia, el paciente compartió algo difícil de asimilar: “Sentí que salí de mí y mi conciencia pasó a estar en un muñeco gigante de madera”. Ante la duda del médico, confirmó que no era un simple sueño o visión: “Sentí que era yo, pero que estaba dentro del muñeco flotando en el aire, en el quirófano”. El testimonio sorprendió tanto que el doctor decidió no volver a tocar esa área. Sin embargo, probó a estimular una zona ligeramente superior. El resultado fue el mismo: pérdida de conexión durante cinco segundos, seguida de otros tres minutos hasta que el paciente reaccionó.

El relato posterior fue todavía más desconcertante. Esta vez, el paciente aseguró haber experimentado una especie de viaje extracorpóreo: “Sentí que salía del cuerpo y me metía en un vacío, como si fuera un agujero negro”, contó. Pero no fue solo eso: “Empecé a atravesar plantas del hospital, como si atravesara el suelo”. Aunque solo pasaron cinco segundos, para el paciente la vivencia fue mucho más larga: “Lo he vivido como si hubiera durado 20 minutos”. Además, el anestesista notó una intensa reacción fisiológica: su frecuencia cardíaca se disparó hasta casi los 200 latidos por minuto.

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La experiencia dejó sin palabras al propio Jesús Martínez Fernández, que admitió: “No tenemos explicación para esto”. Según describe, se produjo una alteración completa tanto de la percepción del yo como del paso del tiempo. Aunque se han documentado otras experiencias cercanas a la muerte con relatos similares, el hecho de que ocurriera bajo control médico, en un quirófano y con estímulos precisos en el cerebro, convierte este caso en un fenómeno especialmente intrigante. El neurocirujano no se atreve a sacar conclusiones, pero sí lanza una reflexión: “Obviamente, ahí pasa algo”.