La historia del hombre que se hizo millonario cuando iba camino a comprar una hamburguesa: "Me senté y lloré":
Ganar un montón de dinero sin hacer nada es el sueño de muchos: este señor lo cumplió
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Todos tenemos cada día la ligera esperanza de que esa jornada puede cambiar nuestra vida de alguna manera. Craig Haggie, un hombre británico de 36 años residente en Liskeard, en el condado de Cornualles, jamás imaginó que algo tan de cada día como parar a comer acabaría por cambiarle la vida entera. Mientras esperaba su pedido en Callington, decidió comprar un rasca de la Lotería Nacional para matar el tiempo.
“Era el caos absoluto”, recuerda Craig al contar en la BBC al contar cómo fue ese momento de locura tras comprobar que había ganado el premio gordo. Su familia comenzó a gritar de alegría, pero él se obsesionó con un solo pensamiento: “¿Dónde guardo el rasca?”.
Lo primero que se le ocurrió fue pegarse el billete al cuerpo. Él mismo relató cómo su hermano sostenía la cinta mientras él giraba sobre sí mismo para fijarlo. “Parecía que se nos había ido la cabeza”, contaba entre risas al recordar la surrealista escena en su cocina.
Como la cinta no resistía el calor del momento, optaron por una solución inesperada: meter el billete en una cazuela. La escondieron en lo alto del armario, lejos de miradas curiosas.
Una buena noticia... difícil de creer
Su mujer, Zoe, pensó que todo era una broma. “Me senté en el suelo y lloré”, confesó a la BBC. La noticia le llegó de golpe, y no pudo hacer otra cosa que dejarse llevar por la emoción.
Ambos llevaban tiempo soñando con reformar su casa, una pequeña vivienda que compraron en una subasta. Zoe, que tiene cuadernos llenos de planos e ideas, asegura que ahora por fin podrán hacerlo realidad.
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Aunque ahora son millonarios, la pareja no planea grandes cambios. “Nos gusta nuestra vida”, dicen. Él seguirá con su empresa de almacenamiento y ella continuará diseñando su futura casa. La fortuna, aseguran, servirá para tapar algún que otro agujero y, en definitiva, vivir más tranquilos.
Todos tenemos cada día la ligera esperanza de que esa jornada puede cambiar nuestra vida de alguna manera. Craig Haggie, un hombre británico de 36 años residente en Liskeard, en el condado de Cornualles, jamás imaginó que algo tan de cada día como parar a comer acabaría por cambiarle la vida entera. Mientras esperaba su pedido en Callington, decidió comprar un rasca de la Lotería Nacional para matar el tiempo.