Vicente Garrido, criminólogo: "No todos los criminales son psicópatas, pero todos los psicópatas generan sufrimiento"

Vicente Garrido, uno de los criminólogos más influyentes en España, desgrana en una conversación en Arpa Talks su visión sobre el mal, el crimen y la figura del psicópata. Con décadas de experiencia en el análisis criminal, el experto reflexiona sobre algunos de los casos más estremecedores de la crónica negra y sobre por qué el ser humano no puede dejar de mirar hacia ellos.

“El crimen es fascinante porque es una transgresión total”, explica. A diferencia de otras infracciones sociales, el asesinato o el secuestro desbordan los límites morales, lo que genera una mezcla de miedo y atracción en el público. Esa ambivalencia emocional está, según él, en el corazón del fenómeno del true crime.

El psicópata camuflado: un depredador sin culpa

Uno de los aspectos centrales de la charla es la figura del psicópata. Garrido los describe como individuos sin empatía, pero que pueden llevar una vida aparentemente normal. “El psicópata integrado puede infligir un daño extraordinario sin que eso le afecte. No tiene ningún sentido de la culpa”, sostiene. Esto los hace especialmente peligrosos, ya que pueden manipular a su entorno mientras proyectan una fachada funcional o incluso encantadora.

“Hay una versión camuflada del psicópata que no mata, pero destruye psicológicamente”, añade. Este tipo de perfiles puede encontrarse en ámbitos como la empresa, la política o incluso la familia, y son capaces de someter y controlar a otros sin necesidad de ejercer violencia física.

Dominique Pelicot y la perversión del entorno

Uno de los casos que más debate genera en la charla es el del francés Dominique Pelicot, quien drogaba a su esposa para que otros hombres abusaran de ella sin su consentimiento. “Es un caso extremo de perversión sexual y manipulación”, dice Garrido, quien subraya cómo Pelicot fue capaz de crear un entorno de complicidad y sumisión a través del engaño sistemático.

Respecto a la defensa que algunos de sus hijos hicieron de él, Garrido responde con frialdad: “No se puede considerar buen padre a quien pone en riesgo el futuro de sus hijos”. Para él, esa percepción positiva responde más a la ignorancia o al apego emocional que a una evaluación racional del daño causado.

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¿Qué hace un criminólogo?

Vicente Garrido aclara una confusión común: “El criminólogo no investiga crímenes, los analiza”. Mientras la policía se encarga de la investigación, los criminólogos trabajan como asesores, peritos o formadores, especialmente en áreas como la elaboración de perfiles criminales o la valoración de peligrosidad.

También destaca su papel en la formación de cuerpos policiales: “La policía necesita entender al criminal para atraparlo”, y para eso los criminólogos pueden ofrecer herramientas útiles en la detección de patrones de comportamiento o en la evaluación del riesgo.

Mujeres y true crime: una empatía defensiva

Al abordar el auge del true crime, Garrido apunta a una cuestión de género: “Las mujeres consumen más true crime porque son más empáticas y receptivas al peligro”. No es tanto una atracción morbosa, dice, como una forma de anticiparse a posibles amenazas. Este interés, lejos de ser pasivo, tiene un componente de autodefensa emocional.

También sugiere que “el true crime tiene una función social: nos advierte de lo que somos capaces de hacer y nos recuerda los límites que no debemos cruzar”.

“No existe la utopía sin crimen”, sentencia Garrido. A su juicio, la violencia y la transgresión son inherentes al ser humano. Por eso, más que buscar sociedades sin delito, lo importante es entender sus causas, mecanismos y manifestaciones.