El análisis de la OCU sobre la calidad de la crema Nivea azul: estos son sus resultados

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La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha puesto a prueba uno de los cosméticos más emblemáticos del mercado: la crema Nivea de lata azul. Este producto, que ha pasado de generación en generación usándose en numerosas situaciones para cuidar la piel, ha sido analizado en laboratorio para comprobar su capacidad real como hidratante y conocer la experiencia de quienes lo usan sin saber su marca.

Para llevar a cabo el estudio, la OCU empleó un protocolo estandarizado sobre la piel del antebrazo de 20 personas durante dos semanas, aplicando el producto dos veces al día y midiendo la hidratación de la piel con un corneómetro. El objetivo era determinar su eficacia hidratante en comparación con una emulsión de control. El resultado fue una puntuación de 4 estrellas sobre 5 en hidratación, lo que sitúa a la crema como una opción fiable dentro de su categoría.

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Silvia López

Evaluación sensorial de las usuarias

Además del análisis técnico, la organización también valoró las opiniones de 30 usuarias que participaron en una prueba a ciegas. Sin conocer la marca, valoraron aspectos como la textura, el olor, la facilidad de aplicación o la sensación en la piel. El veredicto fue similar: 4 estrellas por su experiencia de uso. El aroma fue uno de los elementos más apreciados, evocando recuerdos y destacando por su carácter reconocible, a Nivea.

La composición de la crema, aunque eficaz, incluye ingredientes que generan cierta controversia. Contiene aceites minerales como parafina líquida y cera microcristalina, junto a lanolina y pantenol. Aunque su seguridad está garantizada en cosmética tópica, algunas aplicaciones móviles penalizan su uso por razones medioambientales. A esto se suma la presencia de fragancias alergénicas que deben declararse según la normativa vigente.

Otro aspecto valorado fue su icónico envase. La lata azul de aluminio, fabricada con un 80% de material reciclado, presenta ventajas como su reciclabilidad y la facilidad para aprovechar el producto hasta el final. Aunque su huella de producción es notable, su ligereza contribuye a reducir el impacto del transporte, lo que la convierte en una opción interesante frente a los envases plásticos.