Cómo ayuda el aceite de oliva a combatir el envejecimiento de forma natural

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Considerado uno de los pilares fundamentales de la dieta mediterránea, el aceite de oliva no solo aporta sabor y textura a los platos, sino que también es un gran aliado contra el envejecimiento gracias a sus propiedades antioxidantes, antiinflamatorias y cardiovasculares. Estudios científicos avalan los beneficios que su consumo diario tiene sobre la salud y cómo puede contribuir a ralentizar el deterioro celular asociado a la edad.

España es el principal productor mundial de aceite de oliva, con cerca de un tercio de la producción global. Pero más allá de su importancia económica y cultural, cada vez existen más evidencias científicas que refuerzan su valor nutricional. En 2011, investigadores del Departamento de Biología Celular, Fisiología e Inmunología de la Universidad de Córdoba han demostrado en un estudio reciente que el aceite de oliva presenta efectos protectores frente a diversas enfermedades relacionadas con el envejecimiento.

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P. C.

En este trabajo, se analizaron las proteínas plasmáticas de ratas jóvenes (6 meses) y envejecidas (24 meses) alimentadas con aceite de oliva virgen o con aceite de girasol. Los resultados mostraron que los animales que consumieron aceite de oliva presentaban niveles significativamente más bajos de proteínas implicadas en la inflamación, el estrés oxidativo y la coagulación. Estos tres factores están directamente relacionados con el proceso de envejecimiento celular y el deterioro funcional progresivo del organismo.

Propiedades 'antienvejecimiento'

El aceite de oliva virgen extra contiene compuestos antioxidantes como el oleocantal y la oleuropeína, que tienen la capacidad de neutralizar los radicales libres —moléculas responsables del daño celular y el envejecimiento prematuro—. Además, la Fundación Española del Corazón destaca su alto contenido en ácidos grasos monoinsaturados, como el ácido oleico, y poliinsaturados, como el ácido linoleico, que contribuyen a mejorar los niveles de colesterol, controlar la presión arterial y prevenir la aparición de trombosis y diabetes.

Según un informe del Istituto Superiore di Sanità (Italia), la oleuropeína ayuda además a evitar la oxidación del colesterol LDL (el conocido como colesterol malo), reduciendo así el riesgo cardiovascular. Esto cobra especial importancia en etapas de la vida en las que aumenta la vulnerabilidad del sistema circulatorio y del corazón.

Un estudio de 2022 concluyó que quienes consumían más de media cucharada al día tenían un 19% menos de riesgo de muerte prematura

Un estudio más reciente en Estados Unidos, publicado en 2022, aportó datos aún más contundentes sobre los beneficios del aceite de oliva. La investigación, que analizó durante 28 años a más de 92.000 personas, concluyó que quienes consumían más de media cucharada al día (unos 7 gramos) tenían un 19% menos de riesgo de muerte prematura en comparación con quienes apenas lo incluían en su dieta.

Además, los datos revelaron un 29% menos de riesgo de fallecer por enfermedades neurodegenerativas como el alzhéimer o el párkinson, un 19 % menos de riesgo de muerte por enfermedades cardiovasculares, un 17 % menos por cáncer y un 18 % menos por afecciones respiratorias. El estudio también destacó que sustituir 10 gramos diarios de mantequilla, margarina, mayonesa o grasas lácteas por la misma cantidad de aceite de oliva podía reducir entre un 8 % y un 34 % la mortalidad total y específica.

La combinación de antioxidantes, grasas saludables y efectos antiinflamatorios convierte al aceite de oliva en uno de los alimentos más completos para combatir el envejecimiento de forma natural. Aunque ningún producto puede detener el paso del tiempo, su consumo regular —dentro de una dieta equilibrada— ayuda a proteger las células, fortalecer el sistema cardiovascular y reducir el riesgo de enfermedades que afectan con más frecuencia a medida que envejecemos.