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La España de los ascensores parados y los porteros heroicos: "Falta que bajen los extraterrestres"
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OFICIOS "SOLIDARIOS" Y "SOLITARIOS"

La España de los ascensores parados y los porteros heroicos: "Falta que bajen los extraterrestres"

Hablamos con el sector de mantenimiento y reparación de ascensores y con el de los porteros y conserjes de España para conocer cómo han vivido las horas posteriores al apagón

Foto: Efectivos de emergencias rescatan a una persona atrapada en un ascensor durante el apagón del lunes. (Europa Press/Tomás Alonso)
Efectivos de emergencias rescatan a una persona atrapada en un ascensor durante el apagón del lunes. (Europa Press/Tomás Alonso)

Tras el apagón que paralizó España el pasado 28 de abril, gran parte de la vida cotidiana quedó recluida a los rellanos de los edificios y patios de vecinos. Este microcosmos, que en ocasiones ha dado para guiones de grandes series de televisión, ha vuelto a dar el callo en esta crisis cuando el Estado no podía llegar a todo y el apagón de las conexiones a Internet aumentaba el clima de caos e incertidumbre. Era el peor día para coger un ascensor. Muchos vecinos quedaron atrapados, afortunadamente por poco tiempo, como informan desde las empresas de mantenimiento y reparación de los aparatos. Estos profesionales, junto con los porteros de los edificios, fueron los que atendieron de primera mano a los afectados al margen del cuerpo de bomberos y policía.

"Más que cumplir con nuestra labor profesional, actuamos según principios humanitarios", asegura a este diario un trabajador de Ascensores Altair, empresa afincada en el barrio madrileño de Aluche. "Cuando sucedió el apagón, nos coordinamos los que estábamos trabajando como pudimos para ir edificio por edificio, sin importar si correspondía a nuestra cartera de clientes, para sacar a los que se quedaron atrapados". La mayoría de profesionales quedaron incomunicados, lo que hacía más difícil la actuación.

"Cuando sucedió el apagón, nos quedamos sin suministro eléctrico, por lo que redigirimos todas las llamadas a nuestro servicio de call center", señala Diego Tasis, responsable de administración de Ascensores Zener, desde su delegación en Valladolid. El día después del apagón ha sido una jornada de trabajo mucho más extenuante debido a que muchas incidencias no pudieron ser atendidas al no estar operativa la telefonía, por lo que desde primerísima hora de la mañana han ido prestando servicio a todas aquellas comunidades de propietarios, empresas y residencias que se vieron afectadas. "Hay mucha gente mayor que no puede salir a la calle a hacer la compra si no disponen de un ascensor, también minusválidos, por lo que la prioridad una vez hemos atendido las llamadas de auxilio de los atrapados ha sido ir poco a poco arreglando los mecanismos estropeados".

Hubo un portero del barrio de Salamanca que acompañó en la ambulancia a una vecina anciana que se desmayó después del apagón

De media, según la versión de los responsables de estas empresas, las personas atrapadas pasaron como mucho alrededor de 20 minutos encerradas tras el apagón, aunque como indica Tasis, se ha reportado varios casos de más de cuatro horas sin poder salir. En las pequeñas ciudades era más difícil ser atendido, aunque todo dependió de si en ese momento había vecinos en el edificio para prestar ayuda o porteros que pudieran abrir el aparato manualmente, como veremos después. Compañías como Ascensores Ator, que presta sus servicios en las provincias de Salamanca y Zamora, han estado toda la mañana posterior al apagón recorriendo los edificios tanto de las capitales como de los municipios de estas dos provincias castellanoleonesas. "Tan solo somos nueve personas y tenemos controlados más o menos la mitad de nuestra cartera", asegura un responsable de la organización, a media mañana del día posterior al apagón.

Los ascensores pueden ser eléctricos o hidráulicos. Los primeros son más fáciles de arreglar, mientras que los segundos suelen requerir la asistencia de un profesional para poder volverles a poner en funcionamiento debido a que funcionan a través de pistones que van a parar a una central hidráulica que bombea aceite. "Son los que nos están costando poner a punto", confirma el responsable de Ator. "La mayoría de los ascensores llevan incorporados autogeneradores de energía que les mantienen activados hasta una hora en caso de que no haya corriente eléctrica, por lo que lo más común es que bajen hasta el piso inferior y se abran las puertas. Lo que pasa es que hay algunos que se quedan acuñados, que es cuando nosotros debemos actuar".

El "solidario" y "solitario" oficio de portero

Más allá de los operarios de mantenimiento y reparación de ascensores, los héroes de la tarde fueron los porteros y conserjes de las comunidades de vecinos. Ellos fueron los que primero atendieron a las personas más vulnerables al apagón eléctrico, no solo sacándolas de los ascensores en los que quedaron atrapados, sino también en la labor psicológica y logística que el contexto requería. Raquel Marrero, representante del colectivo de Empleados de Fincas Urbanas de la Comunidad de Madrid (EFUCAM) menciona que muchos de los compañeros a los que representa tuvieron que organizar la respuesta vecinal a la crisis energética. "Hubo un portero del barrio de Salamanca que acompañó en la ambulancia a una vecina anciana que se desmayó después del apagón", relata a El Confidencial. "También organizó al resto para que fueran a comprar agua y comida para los ancianos del edificio o a por generadores eléctricos y baterías. Nosotros somos los que mejor conocemos las necesidades de nuestros vecinos y creo que todos tenemos una aventura que contar a raíz del apagón".

"Yo a veces digo: 'tengo a más gente a mi cargo que muchos alcaldes de pueblos en España"

La dedicación de los conserjes y porteros es muy poco proporcional al peso gremial que tienen en la sociedad. Marrero admite que el oficio es "solitario" a la par que excesivamente "solidario", por lo que muchos profesionales quedan expuestos a situaciones de abuso por parte de vecinos sin saber muy bien qué hacer o a quién acudir. Además, el convenio, que viene regulado a nivel comunitario y no estatal, se renovó en 2023 "sin hacer caso a las demandas del sector", como señala Marrero. Tras tres años de su fundación, ahora mismo hay 900 trabajadores asociados a la organización. "Los sindicatos oficiales son desconocedores de las necesidades de nuestro gremio", admite. "Entonces, nuestra vocación es la de fundar nuestro propio sindicato".

Empresas como Sercon, que presta servicios de portería y conserjería a comunidades residenciales y empresas, valoran con mucho orgullo la actuación de sus trabajadores durante la crisis. "Hemos mandado un comunicado interno agradeciendo a toda la plantilla su labor", afirma Roberto Urueña, CEO de la empresa, a este diario. "Muchos de ellos han sido quienes han sacado a personas que se han quedado encerradas en los ascensores, aunque no les correspondía, han desbloqueado puertas de garajes manualmente o han atendido urgencias médicas de personas mayores y embarazadas. En general, han velado por la tranquilidad de los vecinos en unas horas muy complicadas".

Crisis tan crisis

Tanto Urueña como Marrero se remontan a crisis anteriores en las que el papel que cumplieron los porteros y conserjes fue esencial y brutal, como la Filomena o la pandemia. "Ya tenemos experiencia en gestionar este tipo de problemas tan particulares", admite el CEO de Sercon. "Durante la pandemia, sin ir más lejos, fueron ellos los que se encargaban de las labores de limpieza de puertas y ascensores o de ir a hacer la compra a los ancianos. Ayer volvió a quedar ratificado que la valía de este colectivo profesional es muy grande, cuando creo que no está lo suficientemente valorado por la sociedad".

"Estoy muy agradecida a mi trabajo porque no hay nada mejor que conocer a la gente con la que convives. Es algo que se está perdiendo mucho"

"Yo, a veces digo, 'tengo a más gente a mi cargo que muchos alcaldes de pueblos en España", afirma Marrero, quien reside en la propia comunidad de vecinos en la que trabaja y que cuenta con 88 residencias. "Y cada uno de los vecinos que aquí viven tienen unas necesidades especiales que debes gestionar. Tienes que entenderles a todos, porque cada uno es de su padre y de su madre, y cada problema es diferente. Yo valoro mucho mi profesión, llevo más de quince años en esto, y la verdad es que estoy muy agradecida porque no hay nada mejor que conocer a la gente con la que convives. Es algo que se está perdiendo mucho: conocer a quien vive a tu lado".

"Muchos ascensores siguen rotos desde la DANA, y queremos pedir empatía y paciencia"

Si hablamos de crisis, porteros y ascensores, no podemos olvidar la dana de Valencia del pasado año, cuyos estragos todavía son visibles y palpables para las comunidades de vecinos. Precisamente, por ello, los operarios de los ascensores que acudieron a reparar los aparatos a las comunidades de vecinos han actuado con aplomo y eficiencia. "Ya solo falta que bajen los extraterrestres", afirma Josep María Ramos, responsable al frente de la empresa Ascensores del Túria, afincada en el municipio de Catarroja. "En un día normal tenemos como cuatro o cinco avisos, y el día del apagón tuvimos casi el triple, eso solo los que nos llegaban. Muchos ascensores siguen rotos desde la dana, y queremos pedir empatía y paciencia, porque tenemos mucho retraso a la hora de atender las incidencias acumuladas. Administrativamente, estamos muy limitados porque todavía muchas comunidades de vecinos no han aprobado los presupuestos, por lo que yo no puedo tampoco gastar un dinero que no sé si luego voy a poder recuperar".

Foto: Una tiktoker ha compartido la angustiosa situación que vivió su vecino tras quedarse atrapado en el ascensor justo en el momento en que España se quedaba sin luz.(TikTok)

Ramos admite que desde la dana el ambiente dentro del gremio al que pertenece es mucho menos competitivo, dedicados más a la labor humanitaria que a la rentabilidad empresarial. "No es lo mismo una reparación puntual como la del apagón a la que precisa un ascensor que se rompió por la dana", señala, poniendo en valor la actuación vecinal, de la policía y de sus compañeros para sacar a todos los vecinos que quedaron atrapados en los ascensores.

En líneas similares se expresa Jordi Pérez, responsable de Ascensores Eninter, que tiene una delegación en Paiporta. "Lo primero, rescatar a todas las personas, y esa es una experiencia que ya teníamos de la dana", afirma. "En aquel momento, se nos inundó la delegación y antes de empezar a ayudar, nos aseguramos que todos los trabajadores estaban bien y sus familias. Ese mismo protocolo de actuación es el que usamos el día del apagón y el que usamos en caso de tormentas eléctricas, que por desgracia también son frecuentes en la provincia de Valencia".

Tras el apagón que paralizó España el pasado 28 de abril, gran parte de la vida cotidiana quedó recluida a los rellanos de los edificios y patios de vecinos. Este microcosmos, que en ocasiones ha dado para guiones de grandes series de televisión, ha vuelto a dar el callo en esta crisis cuando el Estado no podía llegar a todo y el apagón de las conexiones a Internet aumentaba el clima de caos e incertidumbre. Era el peor día para coger un ascensor. Muchos vecinos quedaron atrapados, afortunadamente por poco tiempo, como informan desde las empresas de mantenimiento y reparación de los aparatos. Estos profesionales, junto con los porteros de los edificios, fueron los que atendieron de primera mano a los afectados al margen del cuerpo de bomberos y policía.

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