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Javier, psicólogo: "Cinco cosas que nuestros hijos tienen que cansarse de ver en casa"
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Javier, psicólogo: "Cinco cosas que nuestros hijos tienen que cansarse de ver en casa"

El psicólogo ha subido un vídeo muy útil a su perfil de TikTok en el que ha compartido varios consejos con sus seguidores

Foto: Javier en su vídeo de TikTok (@javier_de_haro)
Javier en su vídeo de TikTok (@javier_de_haro)

Javier, psicólogo y divulgador, ha compartido un mensaje que ha resonado con fuerza en redes sociales: los hijos no solo deben ver a sus padres convivir, sino observar cómo construyen su relación día tras día. Según explica, "no basta con que nos vean juntos", ya que los menores aprenden lo que significa una relación sentimental a través de los comportamientos que presencian en casa.

Lo que ocurre dentro del hogar, insiste el experto, sienta las bases de lo que los niños entenderán como una relación saludable. Por ello, propone cinco hábitos que considera fundamentales y que deben repetirse con tanta frecuencia que los menores lleguen a normalizarlos por completo.

El amor se muestra con hechos

El primer aspecto señalado por Javier es la expresión afectiva. "El amor no se dice, el amor se demuestra. Con hechos, con detalles, con gestos, con actos", afirma. A su juicio, más allá de las palabras, los hijos necesitan observar muestras visibles de cariño entre sus figuras de referencia, desde una mirada cómplice hasta una caricia espontánea.

No se trata de realizar grandes gestos ni de teatralizar el afecto. Para el psicólogo, los pequeños gestos diarios —como un abrazo o un favor inesperado— construyen una percepción del amor más sólida y duradera que cualquier declaración verbal.

"Aunque nos enfademos, aunque haya momentos de tensión, nos respetamos, nos disculpamos y nunca nos vamos a dormir sin decirnos buenas noches"

El conflicto también educa

Otro de los pilares que considera esenciales es la forma de afrontar las tensiones. "Aunque nos enfademos, aunque haya momentos de tensión, nos respetamos, nos disculpamos y nunca nos vamos a dormir sin decirnos buenas noches", subraya Javier. Mostrar que el conflicto puede resolverse desde el respeto y el perdón es, según él, una herramienta educativa de gran valor.

La convivencia, recuerda, implica desacuerdos. Pero lo que los hijos deben aprender es que las diferencias no rompen el vínculo, siempre que se gestionen desde la empatía y la responsabilidad emocional.

Valorar, agradecer y reconocer

Otro punto destacado por el psicólogo es la necesidad de visibilizar el aprecio mutuo. "Nos valoramos, nos decimos cosas bonitas, tenemos complicidad y nos damos las gracias. Cuanto más, mejor", señala. Para Javier, este tipo de reconocimiento cotidiano contribuye a reforzar vínculos sanos y a modelar relaciones equilibradas.

La gratitud expresada en casa actúa como un ejemplo directo de buen trato. Los niños que crecen viendo cómo sus padres se admiran y se agradecen, interiorizan esa forma de relación como una norma de respeto recíproco.

"Que nos divertimos, que hacemos tonterías juntos y sobre todo que nos reímos, que nos reímos mucho"

La risa, un lenguaje compartido

La diversión es también una parte esencial del vínculo familiar. "Que nos divertimos, que hacemos tonterías juntos y sobre todo que nos reímos, que nos reímos mucho", explica Javier. El humor compartido se convierte, según el especialista, en una vía poderosa de conexión emocional entre los miembros de la familia.

Los momentos de juego y de risa consolidan el sentimiento de pertenencia y permiten a los hijos asociar el hogar con un espacio de disfrute y seguridad emocional.

Una casa donde todos suman

Por último, el psicólogo destaca la importancia de mostrar una estructura colaborativa en casa. "Tienen que ver que todos somos un equipo. Y en un equipo, todos sumamos, todos nos apoyamos, todos nos animamos. No hay tus tareas o las mías, están las nuestras", remarca Javier.

Foto: Foto: iStock

Romper con el reparto tradicional de responsabilidades es clave, asegura, para educar desde la corresponsabilidad. Cuando los niños observan que todos colaboran, interiorizan la idea de que el hogar es un espacio compartido donde cada uno tiene un papel activo.

El impacto de este mensaje ha sido inmediato en redes sociales, por la forma sencilla y directa con la que Javier aborda situaciones cotidianas con enorme valor educativo. Porque los niños, aunque no digan nada, siempre están mirando.

Javier, psicólogo y divulgador, ha compartido un mensaje que ha resonado con fuerza en redes sociales: los hijos no solo deben ver a sus padres convivir, sino observar cómo construyen su relación día tras día. Según explica, "no basta con que nos vean juntos", ya que los menores aprenden lo que significa una relación sentimental a través de los comportamientos que presencian en casa.

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