Soy de EEUU, estoy en España, y estas son las diferencias entre las citas en ambos países: "Está normalizado"

Las citas en España no se viven igual que en Estados Unidos. Así lo explica Katie, una joven estadounidense conocida como Katie the Guiri en TikTok, que ha compartido las diferencias culturales que ha experimentado desde que vive en nuestro país.

Una de las primeras cosas que sorprendió a Katie fue el contraste en la forma de iniciar una cita. “Los chicos en Estados Unidos son mucho más directos. Está en su cultura acercarse a una chica y decirle: ‘¿Te puedo invitar a una copa?’”, asegura. En España, sin embargo, esa iniciativa espontánea no es tan habitual. “No digo que no vaya a pasar, pero simplemente no es lo normal”, señala.

Otra gran diferencia tiene que ver con la cuenta en la primera cita. Katie confiesa que fue algo que le impactó especialmente. “En Estados Unidos es totalmente inaceptable que un chico sugiera dividir la cuenta en la primera cita. Aquí, en cambio, es algo muy común”, afirma. Esta normalización del “cada uno paga lo suyo” parece romper con ciertos códigos de etiqueta que siguen muy presentes en la cultura estadounidense.

La relación con el contacto físico es también distinta. “Aquí los chicos son más tocones, pero de forma platónica”, explica Katie. Esta cercanía no implica un interés romántico, algo que en su país puede interpretarse de otro modo. También le llama la atención la naturalidad con la que los hombres españoles tienen amigas, algo que “en Estados Unidos sería una bandera roja si tu novio quedara a solas con una chica”.

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Katie destaca que las muestras de afecto públicas no están mal vistas en España. “Es muy normal que un chico te bese por la calle o que os estéis dando el lote en plena vía pública”, comenta con humor. Mientras que en Estados Unidos puede percibirse como excesivo, en España forma parte de un comportamiento considerado romántico.

Vivir con los padres y casarse tarde

La joven también ha notado que muchos hombres en España viven con sus padres más allá de los 20. “Está normalizado que los chicos vivan con sus padres incluso a finales de sus veinte”, comenta. Y si hablamos de compromiso, las diferencias se agrandan aún más: “Aquí se casan mucho más tarde. Creo que la media de edad para casarse es como a los 35”.

Para terminar, Katie pone el acento en un detalle muy simbólico: la integración familiar. “Los hombres aquí son muy apasionados con su cultura. Si les gustas, te incluirán en sus tradiciones. Y si te invitan a la paella del domingo y conoces a mamá y papá, ya puedes considerarte parte de la familia”, dice entre risas.