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Ni bicarbonato ni limón: cómo lavar las bolsas de gimnasio en la lavadora para que no se estropeen
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Ni bicarbonato ni limón: cómo lavar las bolsas de gimnasio en la lavadora para que no se estropeen

Acumulan sudor, restos de comida, humedad y bacterias con más frecuencia de lo que imaginamos, por lo que su lavado es crucial

Foto: Las bolsas y mochilas Acumulan sudor, restos de comida, humedad y bacterias con más frecuencia de lo que imaginamos, por lo que su lavado es crucial.(Unsplash)
Las bolsas y mochilas Acumulan sudor, restos de comida, humedad y bacterias con más frecuencia de lo que imaginamos, por lo que su lavado es crucial.(Unsplash)

Las bolsas de gimnasio acumulan sudor, restos de comida, humedad y bacterias con más frecuencia de lo que imaginamos. Entre zapatillas deportivas, ropa húmeda o botellas mal cerradas, este accesorio imprescindible puede convertirse en una fuente constante de malos olores. Pero, con la técnica adecuada, puedes lavarla sin dañarla y devolverle su frescura. La clave está en conocer el tipo de material, seguir unos pasos básicos y usar un producto natural que casi todos tenemos en casa.

Antes de comenzar, es fundamental revisar la etiqueta interior de la bolsa para comprobar las instrucciones de lavado específicas. La mayoría de los modelos hechos en nailon o lona son aptos para la lavadora, siempre que se utilicen temperaturas suaves. Es más recomendable un ciclo con agua fría para evitar que se dañe, pero se puede usar programas de hasta 40 °C. Sin embargo, si la bolsa incluye detalles de cuero, estos deberán limpiarse a mano.

Cómo lavar las bolsas y mochilas

Vacía completamente la bolsa y retira cualquier objeto, bolsillo desmontable o pieza extraíble que se pueda lavar por separado. A continuación, abre todas las cremalleras y, si es posible, dale la vuelta. Esto protegerá los forros interiores y evitará que los elementos metálicos se deterioren. Para una protección extra, puedes colocarla dentro de una bolsa de malla para lavadora o una funda de almohada vieja.

Antes de introducir la bolsa en el tambor, hay un producto casero que conviene aplicar sobre las zonas más sucias: el vinagre blanco. Mezcla a partes iguales vinagre y agua, vierte la solución en un pulverizador y rocía sobre manchas de sudor, restos de comida o marcas de bebida. Este sencillo gesto ayuda a eliminar bacterias y neutralizar olores antes del lavado principal.

Foto: Imágenes del vídeo de TikTok (@comolimpiartucasa)

Elige un detergente suave sin lejía, preferiblemente líquido, y añade solo una pequeña cantidad. Lava en un ciclo para ropa delicada con agua fría, lo que evitará que el material se encoja o pierda firmeza. Al finalizar el ciclo, saca la bolsa de inmediato y vuelve a darle la vuelta para que el interior se seque completamente.

Para el secado, evita en todo caso la secadora. En su lugar, cuelga la bolsa en un lugar aireado y, si es posible, en el exterior. Deja los bolsillos abiertos para que circule el aire y así prevenir la aparición de moho. Si quedan zonas especialmente sucias o con olor persistente, puedes aplicar nuevamente vinagre diluido y dejar que actúe al aire libre.

Las bolsas de gimnasio acumulan sudor, restos de comida, humedad y bacterias con más frecuencia de lo que imaginamos. Entre zapatillas deportivas, ropa húmeda o botellas mal cerradas, este accesorio imprescindible puede convertirse en una fuente constante de malos olores. Pero, con la técnica adecuada, puedes lavarla sin dañarla y devolverle su frescura. La clave está en conocer el tipo de material, seguir unos pasos básicos y usar un producto natural que casi todos tenemos en casa.

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