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Uxoa Olaizola, farmacéutica: "Si tomas lorazepam para dormir, quizás duermes, pero tu cerebro no está descansando"
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Uxoa Olaizola, farmacéutica: "Si tomas lorazepam para dormir, quizás duermes, pero tu cerebro no está descansando"

Cada vez más personas recurren al lorazepam para combatir el insomnio, pero pocos saben que su descanso puede estar siendo ficticio

Foto: Fuente: TikTok
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Con más de medio millón de seguidores en la plataforma, Olaizola se ha convertido en una voz de referencia para explicar con claridad lo que muchos pacientes desconocen sobre los psicofármacos. En uno de sus últimos vídeos, ha alertado sobre los efectos del lorazepam, conocido comercialmente como Orfidal, y cómo este fármaco puede alterar de forma significativa la calidad del sueño.

"Quizá duermes, pero tu cerebro no está descansando", advierte, dejando claro que la sensación de descanso puede ser engañosa. Según explica, el lorazepam pertenece al grupo de las benzodiacepinas, una familia de medicamentos con efectos sedantes, relajantes musculares y ansiolíticos. Aunque suele recetarse con frecuencia para tratar la ansiedad y el insomnio, Olaizola insiste en que su uso crónico no está recomendado.

Uno de los puntos clave de su explicación es que el lorazepam “altera dos fases fundamentales del sueño”: la fase N3 y la fase REM. La primera es responsable de la regeneración celular y la segunda, del procesamiento emocional y la consolidación de la memoria. Al interferir con ambas, el descanso no solo pierde calidad, sino que podría tener consecuencias a largo plazo.

La farmacéutica señala que este fármaco “potencia el GABA, el principal neurotransmisor inhibidor del sistema nervioso”, lo que puede aumentar el sueño superficial pero impide alcanzar las fases más profundas. “Dormir con lorazepam es dormir, sí, pero saltándose lo más importante”, resume Olaizola.

Entre los efectos secundarios destaca la somnolencia diurna, la pérdida de memoria, la torpeza motora y el riesgo de caídas, especialmente en personas mayores. Además, recuerda que existe evidencia científica que vincula el bloqueo prolongado de la fase REM con un mayor riesgo de deterioro cognitivo, e incluso de enfermedades como el alzhéimer.

Otro de los puntos más críticos de su exposición es la duración del tratamiento. Aunque las recomendaciones oficiales limitan su uso a unas pocas semanas —“de dos a cuatro para el insomnio y de ocho a doce para la ansiedad”—, la realidad en muchas consultas es muy distinta: “Se receta durante meses o incluso años”, lamenta la experta.

Por último, Olaizola incide en el peligro de desarrollar tolerancia y dependencia: “Cada vez se necesita más dosis para el mismo efecto y, si se deja de golpe, puede provocar síndrome de abstinencia”.

Con más de medio millón de seguidores en la plataforma, Olaizola se ha convertido en una voz de referencia para explicar con claridad lo que muchos pacientes desconocen sobre los psicofármacos. En uno de sus últimos vídeos, ha alertado sobre los efectos del lorazepam, conocido comercialmente como Orfidal, y cómo este fármaco puede alterar de forma significativa la calidad del sueño.

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