Un piloto de avión desvela lo que debes hacer para que no te afecte el famoso jet lag

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Viajar largas distancias puede ser una experiencia inolvidable, pero el desfase horario, conocido como jet lag, puede enturbiarla si no se gestiona adecuadamente. Según el piloto comercial Alfonso de Bertodano, entrevistado por Viajes National Geographic, prestar atención a ciertos hábitos antes, durante y después del vuelo marca una gran diferencia. De Bertodano, con más de 35 años de experiencia en vuelos transoceánicos y 18.000 horas de vuelo, comparte consejos prácticos para minimizar este impacto.

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P. C.

Uno de los puntos clave es la alimentación: evitar comidas pesadas antes de embarcar y durante el vuelo favorece un mejor estado general. También destaca la importancia de mantenerse bien hidratado, algo que suele descuidarse a bordo. Además, el piloto desaconseja firmemente el uso de ansiolíticos o somníferos para dormir durante el trayecto, ya que considera que forzar el sueño artificialmente puede agravar los síntomas del jet lag en lugar de aliviarlos.

La dirección del viaje también influye: volar hacia el este suele afectar más al reloj biológico que hacerlo hacia el oeste. Aun así, ningún trayecto está exento de alteraciones. Para la tripulación, estos cambios son habituales y cuentan con mecanismos de adaptación rápidos, pero para los pasajeros, que normalmente tienen más días para aclimatarse, seguir una rutina adaptada al nuevo horario resulta fundamental para sentirse mejor cuanto antes.

Más allá de los aspectos físicos, De Bertodano subraya el papel de la socialización. A su juicio, interactuar con otras personas tras aterrizar ayuda a acelerar la adaptación al nuevo horario. “Aclararse” socialmente —como desayunar, salir o hacer actividades en grupo— empuja al cuerpo a integrarse en la nueva rutina. Según el piloto, quienes optan por aislarse o seguir su propio ritmo tras el viaje tardan mucho más en recuperar el equilibrio interno.