Esta argentina vive en Barcelona y quiere acabar con todos los prejuicios que sufren las latinas en Europa: "Basta ya"

Agos Menéndez, una joven argentina afincada en Barcelona, ha decidido plantar cara a los estereotipos que pesan sobre las mujeres latinas en Europa. Harta de ver cómo se caricaturiza a las chicas de su continente en redes sociales, ha alzado la voz en un vídeo que se ha hecho viral en TikTok. Su objetivo es claro: desmontar la imagen reduccionista y sexualizada que persiste sobre la mujer latina.

“Estoy tan cansada. No sé en qué momento se normalizó esto, pero me parece que ya tenemos que parar”, sentencia, donde critica con dureza la imagen que muchas veces se promueve desde Estados Unidos y otros países europeos. A su juicio, no solo son los extranjeros quienes contribuyen a perpetuar esos clichés, sino también algunas mujeres latinas que, según dice, refuerzan el estereotipo en redes sociales para ganar visibilidad o aceptación.

Menéndez se muestra especialmente molesta con los contenidos de humor que giran en torno a lo "latina que es tu novia", o las bromas sobre el carácter impulsivo, la pasión por la salsa o el uso de términos como “mami” o “papi”. Para ella, todo esto alimenta una visión deformada. “Te aseguro que hay muchísimas mujeres de Latinoamérica que no saben bailar ni salsa ni bachata. Yo soy argentina y no sé bailar ningún género de esos”, recalca con ironía.

Desde su experiencia en Barcelona, Agos denuncia también la carga machista que hay detrás de esa imagen. Considera que idealizar a las mujeres latinas por su físico o por ciertos rasgos culturales acaba teniendo consecuencias mucho más graves de lo que parece. “Gracias a ese estereotipo, muchísimas mujeres latinas terminan sufriendo violencia económica, violencia sexual”, advierte con preocupación.

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La creadora de contenido también se refiere a los casos de chicas que se van a vivir a Europa o Estados Unidos y comparten vídeos afirmando que ahora sí son valoradas por ser latinas. “Basta por favor”, pide Menéndez, que considera que ese tipo de discursos perpetúan un rol sexista y perjudicial: el de la mujer latina como objeto de deseo exótico. Para terminar, Agos comparte una anécdota que la dejó desconcertada: un chico le dijo que le encantaba cómo las latinas decían “mami” y “papi”. Su reacción fue de incredulidad total: “¿Ustedes quién?”, se preguntó, dejando claro que no todas las mujeres latinoamericanas se expresan igual y que los países de la región son diversos en acento, lenguaje y cultura.