El truco que explican los dibujos animados Bluey y que puedes usar para que tus hijos no te interrumpan

Si estás harto de que tus hijos te interrumpan cada vez que intentas hablar con otro adulto, la serie infantil Bluey tiene un truco sencillo y eficaz que ha revolucionado a miles de familias. El método, compartido por la divulgadora Isabel Cuesta en su cuenta de TikTok, se ha vuelto viral por su enfoque práctico y emocionalmente respetuoso.

“¿Sabías que hay un truco muy, muy bueno que nos da Bluey para cuando tu hijo no te deja hablar con otros adultos y te interrumpe sin parar?”, pregunta Cuesta al comienzo del vídeo. La clave está en un gesto mínimo pero poderoso: colocar la mano sobre el brazo del adulto.

En un episodio de Bluey, la popular serie australiana que se ha convertido en referente de la educación emocional infantil, el personaje propone este método a su hija: “Si estoy hablando con un adulto y quieres decirme algo, solo coloca tu mano en mi brazo. Así sabré que quieres hablar conmigo. Entonces pondré mi mano sobre la tuya para demostrarte que sé que estás ahí y que quieres hablar conmigo”.

Este sencillo intercambio físico enseña a los pequeños que su necesidad de atención no está siendo ignorada, pero también les ayuda a practicar la espera de forma progresiva. Según explica Cuesta, el truco tiene una base muy lógica en el desarrollo infantil: “Muchas veces esos toques que nos dan son para asegurarse de que estamos atentos, porque somos quienes garantizamos su supervivencia”.

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M.N.

Desde una perspectiva neurológica, tiene todo el sentido. Los niños necesitan saber que sus figuras de referencia están disponibles. Su cerebro está programado para asegurarse de que están protegidos, lo que explica por qué a veces parecen incapaces de esperar su turno para hablar.

Además, este truco no solo calma al niño: “Espero que esta interpretación te ayude a abordarlo con más calma y seguridad”, afirma Cuesta, que recuerda que este tipo de herramientas promueven una comunicación más respetuosa y una conexión emocional más sólida con los hijos.

El gesto ha sido muy celebrado por padres que apuestan por la educación positiva, ya que no castiga ni reprende al niño por interrumpir, sino que le da una alternativa clara y amorosa. Como dice la propia divulgadora: “El truco de Bluey también nos ayuda a conectar de esa manera, y que el peque vaya aprendiendo poquito a poquito a esperar y respetar los turnos”.