Los cuatro consejos de un nutricionista para no engordar con las comidas de Semana Santa

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Las comidas de Semana Santa, con familia y amigos, están cargadas de tradiciones, sabores intensos y platos típicos que pueden desequilibrar cualquier rutina alimentaria. Sin embargo, eso no significa que haya que renunciar al progreso logrado durante el año ni caer en excesos innecesarios durante estos días festivos. Un enfoque consciente puede marcar la diferencia en el cuidado de la salud sin dejar de disfrutar.

El nutricionista y entrenador David Iglesias, conocido por su labor divulgativa en redes sociales, ha compartido en un vídeo de TikTok varios consejos nutricionales para evitar el aumento de peso durante la Semana Santa. “No significa tirar todo tu esfuerzo a la basura”, señala. Su primera recomendación es sencilla: priorizar la proteína en cada comida, dando preferencia a carnes, pescados o huevos. Además, evita fritos y salsas pesadas. En su lugar, sugiere optar por preparaciones al horno o a la plancha, aunque caiga alguna que otra torrija.

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P. Díaz

Claves para mantener el control sin renunciar al sabor

En cuanto a las bebidas alcohólicas, el experto insiste en que el verdadero problema no suele ser el consumo puntual de alcohol, sino lo que se ingiere después, como dulces o comidas copiosas. Por ello, recomienda beber agua entre copa y copa para mantener la hidratación y evitar decisiones impulsivas a la hora de elegir alimentos.

Por último, otra de las estrategias más importantes, según Iglesias, es la gestión de las raciones. “No necesitas comer hasta reventar para disfrutarlo”, afirma. Además de seleccionar con criterio lo que se pone en el plato, es fundamental mantener el foco en la moderación. Comer fuera de casa no tiene por qué traducirse en un retroceso. Iglesias afirma que, aplicando estas recomendaciones, es posible “salir a comer y seguir perdiendo grasa”. De este modo, la Semana Santa no tiene por qué ser sinónimo de descontrol alimentario si se actúa con previsión y conciencia.

Los consejos ofrecidos no pretenden prohibir o imponer restricciones severas, sino fomentar una relación equilibrada con la comida durante un periodo en el que la oferta gastronómica puede ser especialmente tentadora. Con pequeñas decisiones inteligentes, es posible cuidar del cuerpo sin dejar de participar en las celebraciones tradicionales de estos días, aunque estemos a dieta.