Esto es lo que pasa en tu cuerpo si tomas magnesio cada día

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Tomar magnesio cada día puede generar efectos significativos en el organismo, especialmente si existe una deficiencia previa. Este mineral participa en más de 300 reacciones bioquímicas esenciales, incluyendo el metabolismo energético, la síntesis de proteínas, el control de la glucosa y el funcionamiento neuromuscular. A pesar de ello, gran parte de la población no alcanza los niveles recomendados de ingesta diaria, lo que ha llevado a un interés creciente por su suplementación en forma de comprimidos, cápsulas, polvos o soluciones líquidas.

El magnesio también puede obtenerse de manera natural a través de alimentos como verduras de hoja verde, frutos secos, legumbres, cereales integrales y chocolate negro. Sin embargo, los patrones alimentarios actuales, marcados por una dieta occidental pobre en nutrientes, dificultan alcanzar los niveles adecuados. Esta deficiencia puede pasar desapercibida, ya que no siempre se refleja en un análisis de sangre convencional, dado que menos del 1% del magnesio corporal circula en el suero.

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Trastornos que pueden mejorar con la ingesta diaria

Estudios recientes, como la revisión publicada en Nutrients por investigadores europeos, revelan que un consumo adecuado de magnesio podría contribuir a prevenir y mitigar trastornos como la hipertensión, la diabetes tipo 2, la dislipidemia y la obesidad. Se ha observado que este mineral ayuda a normalizar los niveles de glucosa en sangre, facilita la acción de la insulina, reduce la inflamación sistémica de bajo grado y mejora el perfil lipídico en personas con riesgo metabólico.

También se ha señalado su papel en la modulación del tono vascular y la presión arterial, actuando como un antagonista natural del calcio, lo que contribuye a la relajación de los vasos sanguíneos. Además, el magnesio puede influir positivamente en el estado emocional, reduciendo la incidencia de síntomas depresivos y contribuyendo al equilibrio del sistema nervioso central.

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Recomendaciones y precauciones antes de suplementarse

Según la Clínica Universidad de Navarra, los requerimientos diarios de magnesio varían entre 310 y 420 mg en adultos, dependiendo del sexo y la etapa vital, como el embarazo o la lactancia. Su deficiencia, conocida como hipomagnesemia, puede provocar calambres musculares, ansiedad, insomnio o arritmias. En cambio, el exceso por suplementación inadecuada o fallo renal, denominado hipermagnesemia, puede originar hipotensión, confusión o, en casos graves, depresión respiratoria.

Aunque los beneficios del magnesio son amplios, no todos los organismos responden de igual manera a su suplementación. Se han descrito distintos tipos de sales de magnesio, como el citrato, el bisglicinato o el óxido, cada una con diferente absorción y tolerancia. La suplementación debe adaptarse a las necesidades individuales, y no es recomendable iniciarla sin valoración médica previa, especialmente en personas con enfermedades renales, problemas cardíacos o que toman ciertos medicamentos.