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El desconocido truco para que tus tomates no se pongan blandos y aguanten más tiempo
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No se estropeen

El desconocido truco para que tus tomates no se pongan blandos y aguanten más tiempo

Al ser una fruta muy sensible a los cambios de temperatura y humedad, el tomate madura rápidamente si se deja expuesto a temperaturas altas

Foto: Los tomates son uno de los vegetales que más rápidamente se estropean si no se conservan de forma adecuada. (Foto: iStock)
Los tomates son uno de los vegetales que más rápidamente se estropean si no se conservan de forma adecuada. (Foto: iStock)

Los tomates son uno de los vegetales que más rápidamente se estropean si no se conservan de forma adecuada. Aunque su sabor y versatilidad los convierten en un básico en muchas cocinas, mantenerlos en buen estado durante varios días puede ser un desafío, especialmente en épocas de calor. Saber cómo almacenarlos correctamente es clave para prolongar su frescura y evitar desperdicios.

Al ser una fruta muy sensible a los cambios de temperatura y humedad, el tomate madura rápidamente si se deja expuesto a temperaturas superiores a los 24 grados centígrados. De hecho, según los expertos de Freshis, en climas cálidos conviene guardarlos en el cajón de las verduras del frigorífico de manera puntual. No obstante, esta no es la única estrategia que puede marcar la diferencia.

El truco para que no se reblandezcan

Una de las técnicas más efectivas ha sido compartida por la creadora de contenido Chantel Mila, conocida como @mama_mila_ en TikTok, donde acumula más de un millón de seguidores. Su recomendación es simple pero sorprendentemente útil: guardar los tomates boca abajo. Esta forma de almacenamiento permite que la fruta conserve su jugosidad durante más tiempo.

Según explican los especialistas del portal gastronómico Serious Eats, la parte superior del tomate —donde se encontraba el tallo— actúa como un punto de fuga de humedad. Al colocar los tomates boca abajo, sobre una superficie plana, se reduce esa pérdida, lo que ayuda a mantener la hidratación interna y a prevenir el reblandecimiento. Además, se evita la entrada de aire y microorganismos por esa abertura natural.

Esta técnica es especialmente útil cuando los tomates están maduros pero aún no se van a consumir de inmediato. Guardarlos con el tallo hacia abajo, sin amontonarlos y alejados de otras frutas como el plátano —que liberan etileno—, contribuye a conservar su firmeza durante más días.

¿Frigorífico o temperatura ambiente?

El frigorífico puede ser una opción válida en determinados casos, pero no siempre es la más recomendable. Si los tomates están poco maduros, lo ideal es dejarlos a temperatura ambiente para que desarrollen su sabor y aroma. Solo si ya están muy maduros y hace calor, puede optarse por refrigerarlos de forma puntual. Aun así, esta medida debe tomarse con precaución, ya que el frío tiende a modificar la textura y disminuir el sabor del tomate.

Otra alternativa para conservar los tomates por más tiempo es congelarlos en pequeñas porciones. Aunque este método puede afectar el sabor y la textura, resulta práctico para aprovecharlos en guisos, salsas o recetas cocinadas. Lo más recomendable es cortarlos y guardarlos en bolsas por raciones, para facilitar su uso posterior.

Los tomates son uno de los vegetales que más rápidamente se estropean si no se conservan de forma adecuada. Aunque su sabor y versatilidad los convierten en un básico en muchas cocinas, mantenerlos en buen estado durante varios días puede ser un desafío, especialmente en épocas de calor. Saber cómo almacenarlos correctamente es clave para prolongar su frescura y evitar desperdicios.

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