Ni a 20 ni 30 grados: esta es la temperatura a la que deberías lavar las toallas después de ducharte
Hacerlo de forma incorrecta puede provocar la acumulación de bacterias, la pérdida de suavidad y hasta un mal olor persistente
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Puede parecer un simple gesto cotidiano, pero lavar las toallas de forma incorrecta puede provocar la acumulación de bacterias, la pérdida de suavidad y hasta un mal olor persistente. La duda sobre cómo y a qué temperatura lavarlas tras su uso frecuente en el baño es una de las más habituales en cuestiones de higiene doméstica. Y la respuesta está directamente relacionada con el tipo de tejido, el color y el uso que se les haya dado.
Después de una ducha, las toallas no solo absorben el agua del cuerpo. También retienen células muertas, restos de jabón, humedad y, en muchos casos, bacterias. Por eso, los expertos en limpieza coinciden en que es recomendable lavarlas cada tres o cuatro usos.
Cómo lavar las toallas en la lavadora
Antes de meter las toallas en la lavadora, conviene seguir una regla básica: lavarlas por separado del resto de la ropa. Así se evitan decoloraciones y se puede ajustar el programa de lavado al tipo de tejido. Se recomienda clasificarlas en blancas, de color y oscuras, ya que cada grupo puede requerir productos diferentes, como detergentes específicos para colores vivos o protectores del blanco.
También es fundamental no llenar en exceso el tambor de la lavadora. Si no hay espacio suficiente para que las toallas giren y se enjuaguen correctamente, la limpieza será menos eficaz y puede quedar humedad atrapada entre los pliegues. Además, conviene comprobar siempre la etiqueta del fabricante, ya que algunas toallas requieren condiciones particulares de lavado.
Uno de los errores más comunes es utilizar demasiado detergente o añadir suavizantes de forma habitual. Aunque pueda parecer que así quedarán más frescas, lo cierto es que el exceso de producto puede dejar residuos que endurecen las fibras. Para mantener la esponjosidad, se aconseja usar un poco menos de detergente del habitual y, si se desea suavizar, añadir vinagre blanco en el aclarado como alternativa natural.
La temperatura ideal para eliminar bacterias
La duda más frecuente es qué temperatura es la adecuada. Las toallas se deben lavar con agua templada o caliente para eliminar los restos de suciedad y bacterias, entre 40 y 60 grados. Sin embargo, es importante encontrar el equilibrio para no dañar las fibras.
En el caso de las toallas de color oscuro, lo más recomendable es lavarlas a un máximo de 40 grados. Esta temperatura es suficiente para higienizarlas sin que pierdan intensidad cromática. Por su parte, las toallas blancas o de colores claros pueden lavarse a 60 grados si se desea una limpieza más profunda. Eso sí, abusar de ciclos demasiado calientes o lavar con demasiada frecuencia puede debilitar el tejido con el tiempo.
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