La fruta que ayuda a reducir la presión arterial, a prevenir enfermedades cardíacas y a controlar el azúcar en sangre

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El zumo de granada ha captado la atención de la comunidad científica por sus posibles efectos beneficiosos sobre la salud cardiovascular. Un análisis reciente de 14 ensayos clínicos, en los que participaron 573 personas, apunta a una reducción significativa de la presión arterial sistólica tras su consumo. La investigación, centrada únicamente en estudios con humanos, sugiere que este efecto podría deberse a la elevada concentración de polifenoles presentes en la fruta.

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El estudio señala que ingerir zumo de granada durante un periodo igual o inferior a dos meses puede disminuir tanto la presión arterial sistólica como la diastólica. Además, la cantidad diaria consumida parece ser clave: dosis de hasta 300 mililitros al día mostraron una mayor eficacia. En cambio, volúmenes superiores no ofrecieron mejoras adicionales en la presión sistólica, aunque sí mantuvieron beneficios sobre la diastólica.

La relación entre la dosis y el efecto observado se confirmó mediante análisis estadísticos, que demostraron que a mayor cantidad de polifenoles ingeridos, mayor la reducción de la presión sistólica. Sin embargo, este efecto positivo dejó de ser significativo pasados dos meses de consumo continuado, lo que podría indicar que el organismo se adapta o desarrolla cierta tolerancia con el tiempo.

Más allá del control de la presión arterial, la granada también ha sido asociada con la prevención de enfermedades cardíacas y con una mejor regulación del azúcar en sangre, aunque estos efectos requieren de más estudios específicos. Por el momento, los datos respaldan el potencial de esta fruta como complemento dietético saludable, siempre en el marco de una dieta equilibrada y supervisión médica si existen condiciones de salud preexistentes.