¿Te están haciendo ‘orbiting’? La tendencia tóxica que se extiende en las relaciones de la generación Z
La combinación de redes sociales, tecnología y relaciones afectivas ha transformado profundamente la forma en que las parejas se conectan, se comunican y se separan en la actualidad
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Las rupturas sentimentales en la era digital no solo se manifiestan a través del silencio, como cuando te hacen ‘ghosting’. Una práctica cada vez más común entre la generación Z ha irrumpido con fuerza en las redes sociales: el orbiting. Esta conducta, emparentada con el más que conocido ghosting, ha sido calificada como una versión aún más confusa y dañina para quienes la sufren, generando un tipo de vínculo ambiguo que desafía las normas del desamor tradicional.
El término, acuñado por la periodista Anna Lovine, describe la actitud de quien, tras cortar la comunicación directa, continúa interactuando con el contenido digital de la otra persona. No responde mensajes ni llamadas, pero sigue viendo historias, da ‘me gusta’ o incluso comenta publicaciones. Una paradoja relacional que deja a la otra parte en una constante incertidumbre emocional.
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Lovine explicaba textualmente que el ‘orbiting’ te mantiene “suficientemente cerca para que ambos se puedan observar; suficientemente alejada para nunca tener que hablar”. Coincidiendo con Lovine, tal y como explicó la experta en relaciones Persia Lawson a la BBC, este patrón implica “tener un pie dentro y otro fuera”, sin comprometerse, pero sin desaparecer del todo. Y podemos ser las víctimas, o los verdugos.
Una práctica digital con impacto emocional
Para muchos jóvenes, especialmente dentro de la generación Z, el ‘orbiting’ supone una fuente de ansiedad y desgaste. La exposición constante al perfil del otro, sumada a la falta de respuestas, puede generar una sensación de rechazo encubierto y dependencia emocional. Algunos afectados reconocen caer en el hábito de revisar quién ve sus historias o interactúa con sus contenidos, alimentando una dinámica obsesiva. Como señala Lawson, “literalmente te están dando migajas”.
Detrás de esta actitud puede esconderse el fear of missing out (FOMO), o miedo a perderse algo relevante de la vida de la expareja. Aunque otros ‘orbiters’ simplemente buscan mantener abiertas sus opciones, su presencia digital se convierte en una constante interferencia emocional. Esta ambigüedad convierte al ‘orbiting’ en una de las formas más frustrantes de desvinculación relacional.
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En caso de sufrir este fenómeno, se recomienda tomar distancia y limitar el acceso digital a quienes adoptan este comportamiento. Acciones como bloquear o silenciar perfiles pueden ser herramientas útiles para recuperar el equilibrio emocional. Si alguien evita el contacto directo, pero sigue orbitando tus redes, tal vez haya llegado el momento de cerrar ese ciclo. Como recuerdan desde el ámbito psicológico: la atención selectiva no sustituye a una relación real.
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