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Por qué a los gatos les encanta chupar bolsas y fundas de plástico: "No lo tienen resuelto"
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Por qué a los gatos les encanta chupar bolsas y fundas de plástico: "No lo tienen resuelto"

Muchos felinos desarrollan comportamientos extraños que desconciertan a sus dueños. Uno de los más comunes tiene una explicación curiosa, relacionada con la infancia, el consuelo y ciertas razas concretas

Foto: Foto: iStock.
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Si vives con un gato, seguramente ya lo has pillado más de una vez chupando una bolsa de plástico. Lejos de ser una simple manía felina, este comportamiento tiene nombre propio: wool sucking, y ha sido estudiado durante décadas por veterinarios especializados en conducta animal.

El doctor Nicholas Dodman, profesor emérito de comportamiento animal en la Universidad de Tufts, lleva más de 30 años estudiando este tipo de conductas compulsivas. Según explica, esta tendencia podría tener un origen muy temprano: el destete prematuro. “A menudo los gatos son separados de sus madres antes de que se complete su etapa de lactancia, lo que deja en ellos un impulso de succión no resuelto”, asegura en un reciente artículo de Science Alert. Este impulso puede derivar en la necesidad de chupar materiales como lana, cuero o plástico.

Dodman destaca que los gatos siameses son los que más tienden a esta conducta, ya que suelen prolongar el amamantamiento con sus madres más tiempo que otras razas. “Se sienten cómodos mamando hasta las 12 o 14 semanas, pero muchas veces son separados antes de tiempo”, detalla. Al no poder seguir con esa conducta natural, buscan objetos que les proporcionen una sensación similar.

¿Es peligroso?

La veterinaria Valarie Tynes, especializada en comportamiento animal, coincide en que chupar plástico puede funcionar como una conducta de autoalivio, parecida al chupeteo en los bebés humanos. Aunque el comportamiento puede parecer extraño, Tynes aclara que no tiene por qué ser alarmante si no ocupa una gran parte del día y no implica la ingesta del material.

No hay que reprenderlos, sino observarlos y buscar ayuda profesional si la conducta se vuelve compulsiva

Si el gato no solo chupa, sino que come el plástico, el riesgo es real. Esta conducta se llama pica, y puede provocar obstrucciones intestinales que requieren cirugía. “He visto clientes gastar miles de dólares en operaciones, cuando el problema se podría haber abordado desde el comportamiento”, lamenta Tynes. Cuando los veterinarios descartan causas médicas como parásitos o problemas digestivos, se puede tratar como un trastorno conductual. Dodman apunta que, en casos graves, se recetan fármacos similares a los usados para el trastorno obsesivo-compulsivo en humanos. También se recomienda enriquecer el entorno del gato con juguetes, hierba gatera o incluso mordedores caninos adaptados para felinos.

Una necesidad emocional

Tynes subraya que estos gatos no lo hacen “por molestar”. No hay que reprenderlos, sino observarlos y buscar ayuda profesional si la conducta se vuelve compulsiva. “Tu gato no sabe que está haciendo algo mal”, recuerda la experta. Lo mejor que puedes hacer es comprender qué hay detrás de ese aparente capricho por las fundas de plástico. ¿Tu gato también lo hace? Tal vez solo necesita un poco más de atención, estimulación... o un mordedor con sabor a pollo.

Si vives con un gato, seguramente ya lo has pillado más de una vez chupando una bolsa de plástico. Lejos de ser una simple manía felina, este comportamiento tiene nombre propio: wool sucking, y ha sido estudiado durante décadas por veterinarios especializados en conducta animal.

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