Por qué los cromas que se utilizan en la televisión y en las películas son de color verde
Las técnicas de efectos especiales han evolucionado con el cine, pero hay un elemento que sigue siendo clave para crear mundos fantásticos y escenas imposibles en pantalla gracias a la ciencia del vídeo digital
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El fondo verde que se esconde tras dragones, explosiones y ciudades futuristas tiene una explicación más científica de lo que parece. Aunque su uso es común en informativos, series y películas, la elección del color verde para los llamados cromas o pantallas verdes responde a razones que van más allá de la estética o la tradición audiovisual.
El motivo principal, según los expertos, es que los humanos no somos verdes. Así lo explican en The Conversation Lincoln Turner y Russell Anderson, de la Universidad Monash, a partir de una consulta viral en redes: ¿por qué el croma es verde y no azul, blanco o beige? Para que el sistema de chroma key funcione correctamente, es imprescindible que el fondo sea de un color que no aparezca de forma natural en la piel humana. El verde se sitúa lo suficientemente lejos del tono anaranjado que compartimos todas las personas, independientemente del color de piel.
Aunque el verde no fue el color original, sí es el más habitual desde que el pionero Larry Butler usara el azul por primera vez en 1940 en El ladrón de Bagdad, película que le valió el Oscar a los mejores efectos especiales. Con la llegada de las cámaras digitales y las mejoras tecnológicas, el verde ganó terreno. Los sensores de imagen en la mayoría de cámaras tienen mayor sensibilidad al verde que a otros colores, lo que se traduce en una mejor calidad de imagen y un menor ruido visual.
La clave del sistema está en la separación del color y la luz. Tanto los ojos humanos como las cámaras distinguen entre la luminosidad (luma) y el color (croma), permitiendo así que los equipos de edición sustituyan con precisión solo aquellas zonas del encuadre que coinciden con el tono exacto del fondo verde. Esto se realiza gracias a los llamados chroma keyers, que detectan los píxeles de un color concreto en el círculo de matices y saturaciones. Si el presentador del tiempo, por ejemplo, lleva una prenda verde, esa parte desaparecerá y se fundirá con la imagen de fondo, como el mapa del tiempo.
También se pueden utilizar pantallas azules, aunque con ciertos matices. Si el personaje lleva ropa azul —como Superman, por ejemplo— lo ideal es usar fondo verde. Pero si se trata de alguien con piel o ropa verdosa, como Kermit la rana, será mejor optar por el azul. El azul fue durante años el estándar en el cine tradicional debido a la sensibilidad de las películas fotográficas, pero con la llegada del vídeo digital el verde se volvió más práctico.
En el pasado, se han utilizado incluso colores tan exóticos como el magenta o fondos blancos iluminados con lámparas de sodio de alta presión —como en Mary Poppins—, pero la evolución tecnológica ha simplificado el proceso. Hoy, gracias a la ciencia del color y la óptica humana, el verde se ha consolidado como la opción más versátil y efectiva para crear los mundos imposibles que luego vemos en pantalla. La explicación, además de curiosa, demuestra cómo la biología humana, la física del color y la evolución del vídeo digital se combinan para lograr que lo invisible cobre vida.
El fondo verde que se esconde tras dragones, explosiones y ciudades futuristas tiene una explicación más científica de lo que parece. Aunque su uso es común en informativos, series y películas, la elección del color verde para los llamados cromas o pantallas verdes responde a razones que van más allá de la estética o la tradición audiovisual.