Siete cosas que te contaron tus padres cuando eras pequeño y que son completamente falsas
Aunque dichas con buena intención, muchas de estas afirmaciones carecen de respaldo científico. Aquí desmontamos 7 mitos populares que te explicaron tus padres
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Desde la infancia, los padres han sido la primera referencia sobre cómo funciona el mundo. Muchas veces, su intención era protegernos o educarnos, aunque no siempre sus advertencias tenían una base científica. En muchas ocasiones, esas "verdades" que repetían con total seguridad no eran más que mitos o creencias populares transmitidas de generación en generación.
Con el tiempo, la ciencia y los expertos han desmontado varias de esas afirmaciones que nos acompañaron durante la niñez. Desde la supuesta capacidad del café para frenar el crecimiento hasta la idea de que un chicle puede quedarse en tu cuerpo durante años, la revista Best Life ha recopilado algunas de las creencias más extendidas que resultaron ser completamente falsas.
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Este mito ha sido desmentido por estudios científicos. La creencia de que el café puede detener el crecimiento surgió debido a una posible conexión con la osteoporosis, una enfermedad que debilita los huesos y puede provocar pérdida de altura. Sin embargo, como afirma Harvard Health, no hay evidencia científica de que el café afecte el crecimiento. De hecho, la mayoría de las personas alcanzan su altura máxima durante la adolescencia, mucho antes de consumir café regularmente. Además, investigaciones han aclarado que el impacto del café en el calcio es mínimo y no suficiente para causar problemas óseos.
La idea de que comer y luego nadar puede causar calambres peligrosos y aumentar el riesgo de ahogamiento no tiene sustento científico. Según el American Red Cross Scientific Advisory Council, nadar después de comer no presenta ningún riesgo significativo. Aunque puede sentirse incómodo, especialmente si se ha consumido una comida muy pesada, no existe evidencia de que el estómago lleno afecte la capacidad de flotar o moverse en el agua. Esta creencia persiste, pero los expertos en seguridad acuática coinciden en que es solo una medida preventiva exagerada.
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Otro mito que se ha transmitido de generación en generación es que estar demasiado cerca de la televisión puede dañar los ojos. Sin embargo, oftalmólogos como Ethan Stern, especialista en retina, han señalado que sentarse cerca de la pantalla no perjudica la visión. Según explica el UT Health San Antonio, este hábito podría ser un indicativo de problemas previos, como miopía, pero no afecta directamente la salud ocular. Es importante que los padres lo consideren como una señal para revisar la vista de sus hijos, más que como una causa de daño.
Salir a la calle con el pelo mojado puede hacerte sentir frío, pero no tiene relación directa con enfermarte. Las infecciones respiratorias, como resfriados o gripes, son causadas por virus que se transmiten a través de fluidos, no por la temperatura corporal. Según Carmen Dargel, médica del sistema de salud Mayo Clinic, llevar el cabello húmedo no aumenta la probabilidad de atraer virus. Lo importante es practicar una buena higiene, como lavarse las manos con frecuencia, para evitar contagios reales.
Uno de los mitos más populares entre los niños es que tragar chicle podría quedarse en el estómago durante años. Sin embargo, como explica Elizabeth Rajan, médica de la Mayo Clinic, esto es completamente falso. Aunque el cuerpo no puede digerir el chicle, este pasa por el sistema digestivo y es eliminado en las heces como cualquier otro alimento. Solo en casos muy raros, grandes cantidades de chicle combinadas con estreñimiento podrían causar bloqueos intestinales, por lo que no se recomienda tragarlo con frecuencia.
El 70 % de los padres y el 74 % de las madres admitieron dar un trato preferencial a uno de sus hijos
La afirmación de que los padres no tienen preferencias entre sus hijos parece más una frase para evitar conflictos familiares que una verdad absoluta. Según la socióloga Katherine Conger, en un estudio publicado por NY Mag, el 70 % de los padres y el 74 % de las madres admitieron dar un trato preferencial a uno de sus hijos. Estas preferencias suelen depender de factores como la edad, el carácter o la posición en el orden de nacimiento. Aunque los padres lo nieguen, los hijos suelen percibir estas diferencias, lo que puede influir en su autoestima.
Muchos niños crecieron creyendo que encender la luz interior del coche era ilegal o podía provocar un accidente. Esta creencia, aunque bien intencionada, no es cierta. No hay ninguna ley que prohíba su uso, aunque encender la luz interior puede ser molesto para el conductor. Esta afirmación era más una táctica de los padres para evitar distracciones mientras conducían, que una regla basada en la normativa de tráfico.
Estas creencias, aunque inofensivas, reflejan cómo las generaciones anteriores transmitieron información sin el respaldo de la ciencia. Hoy, gracias a estudios y expertos, podemos desmontar estos mitos y dar un paso más hacia una comprensión basada en hechos reales.
Desde la infancia, los padres han sido la primera referencia sobre cómo funciona el mundo. Muchas veces, su intención era protegernos o educarnos, aunque no siempre sus advertencias tenían una base científica. En muchas ocasiones, esas "verdades" que repetían con total seguridad no eran más que mitos o creencias populares transmitidas de generación en generación.