Un hombre encuentra un tesoro y podría ser detenido por no revelar su ubicación: vale más de 2 millones de euros

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Un hallazgo de oro con un valor estimado superior a los 2 millones de euros ha llevado a un buscador de tesoros a enfrentarse a una posible condena. El hombre, especialista en exploraciones subacuáticas, se encuentra en prisión desde hace años por negarse a revelar dónde ocultó parte del botín. Las autoridades judiciales consideran que su silencio impide resolver el caso. La situación ha generado una fuerte controversia legal en Estados Unidos.

El protagonista de esta historia es Tommy Thompson, quien localizó en 1988 los restos del SS Central America, un barco hundido en 1857 con una importante carga de oro. Aunque logró recuperar parte del tesoro, nunca informó sobre todo lo encontrado. Desde 2015 permanece encarcelado por desacato tras incumplir reiteradamente las órdenes judiciales. Su abogado sostiene que no recuerda el lugar exacto donde ocultó el oro restante.

Según las informaciones de CBS News, los lingotes y monedas extraídas del pecio fueron vendidos parcialmente, pero una parte sustancial continúa desaparecida. En las audiencias celebradas en Ohio, los fiscales insisten en que Thompson conoce el paradero de lo que falta. "No está encarcelado por encontrar el oro, sino por no decir dónde está", afirmó uno de los representantes del tribunal. Además de estar en prisión, acumula una sanción económica diaria por cada día que mantiene su silencio.

Gracias a tecnología desarrollada por él mismo, Thompson consiguió acceder a una profundidad de más de 2.000 metros para recuperar el tesoro. Sin embargo, su negativa a colaborar ha sido interpretada como un intento de eludir compromisos financieros con sus inversores. Su caso ha llamado la atención de juristas y cazatesoros, al poner sobre la mesa los límites legales en torno a los descubrimientos marítimos.

Este proceso ha reabierto el debate sobre la legislación aplicable a los hallazgos de gran valor. En países como España, los descubrimientos de interés histórico deben notificarse a las autoridades para evitar que se pierdan o sean explotados sin control. Mientras Thompson se niegue a revelar información clave, el tesoro seguirá desaparecido, sumido en un misterio que ha mantenido en vilo a expertos y a la opinión pública durante décadas.