Dentro del restaurante de las ex monjas de Belorado: así es el menú del día y su precio

Han pasado de los cánticos gregorianos al tintinear de cubiertos en Arriondas, un pequeño pueblo asturiano que ahora alberga el restaurante más peculiar del momento. El local, Santa María del Chicu, está gestionado por tres de las exmonjas cismáticas de Belorado, que tras su ruptura con la Iglesia han encontrado en la cocina una nueva forma de sostenerse económicamente. Desde que abrieron sus puertas el 11 de marzo, no han parado de recibir reservas.

El restaurante se presenta como el "primer restaurante de clausura" del país, una iniciativa sorprendente con alma conventual y corazón asturiano. Elas no se dejan ver por la sala, están al frente de los fogones; mientras que el servicio lo lleva personal contratado. El comedor es rústico, con apenas diez mesas, y ofrece dos turnos diarios: a las 13.00 y a las 15.00 horas.

El menú del día es casero, tradicional y bastante asequible. Cuesta 15 euros entre semana y 18 los fines de semana, e incluye dos primeros a elegir —como fabada, paella o ensalada—, dos segundos —como cachopines o carne guisada— y postre, con bebida incluida. Platos sencillos pero elaborados con mimo que han sorprendido por su presentación y sabor, según cuentan los primeros clientes.

Las exmonjas han apostado por una cocina que mezcla lo mejor del recetario asturiano con toques de su etapa monástica, como sus ya famosos chocolates artesanos. La acogida ha sido tal que se ha vuelto casi imposible comer allí sin reserva previa. Los visitantes destacan tanto la calidad de los platos como el trato del personal.

Detrás del éxito hay una historia marcada por el conflicto. Tras su ruptura con la Iglesia Católica y la demanda de desahucio por parte del Arzobispado de Burgos, estas religiosas decidieron reinventarse. Alquilaron un antiguo hotel en desuso por 1.600 euros mensuales, vendieron parte del oro que poseían y se lanzaron a esta aventura hostelera como vía de subsistencia para ellas y sus hermanas aún en Belorado.

Aunque los litigios continúan, en Arriondas han encontrado un respiro. El restaurante funciona a pleno rendimiento, y ya planean ampliar el proyecto con iniciativas solidarias como la cría de perros guía o terapéuticos. Quieren seguir adelante, a su manera, pero siempre con el delantal bien atado.