¿Qué pasaría si desconectases el internet del móvil dos semanas? La ciencia responde
Pasamos más de 6 horas diarias frente a pantallas, una exposición que está remodelando nuestros hábitos, relaciones y salud mental de forma silenciosa pero constante
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Desconectar el internet del móvil durante dos semanas puede parecer una idea impensable en la sociedad actual, pero la ciencia ha demostrado que este simple gesto puede generar transformaciones profundas en la mente. Un reciente estudio ha analizado cómo esta interrupción temporal afecta al bienestar emocional, la salud mental y la capacidad de atención de los usuarios.
El experimento, liderado por el investigador Adrian Ward desde la Universidad de Texas en Austin y publicado en la revista PNAS Nexus, ha revelado datos sorprendentes: más del 90 % de los participantes mostró mejoras significativas tras cortar el acceso a internet móvil. Durante dos semanas, los voluntarios mantuvieron sus teléfonos con funciones limitadas exclusivamente a llamadas y mensajes, sin acceso a redes sociales ni navegación.
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En Estados Unidos, los usuarios dedican una media diaria de 5 horas y 16 minutos a mirar sus teléfonos móviles, una cifra que refleja una conexión casi permanente con estos dispositivos. A nivel global, el tiempo frente a pantallas asciende incluso más, alcanzando las 6 horas y 40 minutos al día. Esta tendencia plantea serias implicaciones sobre la salud mental, la productividad y la calidad del descanso.
Un descanso digital con efectos reales
Los resultados, de un total de 467 participantes, con una edad media de 32 años, reflejan un cambio notable en la calidad de vida de los usuarios: el 71 % reportó una mejor salud mental, el 73 % sintió un mayor bienestar subjetivo y casi el 59 % mejoró su capacidad de atención sostenida. En muchos casos, los beneficios superaron los obtenidos con tratamientos farmacológicos habituales en cuadros leves de depresión, según los autores.
El estudio también subraya que quienes sufren más intensamente el fenómeno conocido como FOMO (miedo a perderse algo) fueron los que más ganaron con esta desconexión. La exposición constante a lo que otros publican en redes sociales intensifica esa ansiedad, que se reduce notablemente cuando desaparece el acceso móvil a internet. El cambio no solo afectó al estado emocional: también se observó un retorno a actividades más significativas, como conversar en persona, disfrutar de la naturaleza o recuperar hobbies olvidados.
Una reflexión para individuos y empresas
Los hallazgos sugieren un campo fértil para estrategias de bienestar digital, tanto a nivel personal como organizativo. Ward defiende que estas iniciativas deben ser voluntarias, aunque los datos indican que una amplia mayoría es consciente del uso excesivo del móvil. Para las empresas, esta podría ser una oportunidad para implementar herramientas que promuevan un uso más equilibrado de la tecnología sin imponer restricciones forzadas.
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"Los smartphones han cambiado drásticamente nuestras vidas y comportamientos en los últimos 15 años, pero nuestra psicología humana básica sigue siendo la misma", afirmó Ward. Frente a un entorno digital cada vez más invasivo, esta investigación invita a replantear la relación entre humanos y tecnología. Dar al cerebro una pausa del flujo constante de notificaciones no solo es posible, sino beneficioso. Y quizá, necesario.
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Desconectar el internet del móvil durante dos semanas puede parecer una idea impensable en la sociedad actual, pero la ciencia ha demostrado que este simple gesto puede generar transformaciones profundas en la mente. Un reciente estudio ha analizado cómo esta interrupción temporal afecta al bienestar emocional, la salud mental y la capacidad de atención de los usuarios.