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Ni madrugones ni plátanos por la cara: lo que realmente necesitas para cuidarte más todavía no lo sabes
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Qué hay detrás del viral de Ashton Hall

Ni madrugones ni plátanos por la cara: lo que realmente necesitas para cuidarte más todavía no lo sabes

No hace falta que te levantes a las tres de la mañana para estar más sano y ser más feliz. El autoconocimiento es clave y mucho más valioso que cualquier rutina estricta y matadora de ejercicios

Foto: Ashton Hall frotándose una monda de plátano en la cara. (TikTok)
Ashton Hall frotándose una monda de plátano en la cara. (TikTok)

De media, un hombre bien musculado tarda entre tres y cuatro minutos en caer a una piscina llena de agua tras saltar de cabeza. Esto puede parecer mucho tiempo, pero en la realidad paralela de las redes sociales, apenas es nada. Menos aún si tenemos en cuenta las prisas cotidianas: eso de que "el tiempo se pasa volando" no solo se aplica a los ratos de diversión con amigos, también a las mañanas de lunes, martes, miércoles, jueves... Especialmente si tienes hijos a tu cargo y debes llevarles al colegio, no has hecho el táper para comer en la oficina o quieres ir al gimnasio antes de comenzar tu rutina laboral.

Pero Ashton Hall, el influencer del fitness que en los últimos días se ha hecho viral en nuestro país por su rutina matutina extrema, tiene tiempo para todo. De hecho, en tan solo cuatro horas es capaz de hacer muchísimas más cosas que cualquier hijo de vecino podría hacer aun contando con toda la motivación. Algunas de ellas bastante placenteras. Recapitulemos brevemente lo que sucede en apenas un minuto y medio en su vídeo: se lava los dientes a las cuatro menos diez de la madrugada, bebe agua de marca (mucha agua, todo el tiempo), un par de flexiones y a funcionar. Son todavía las cuatro y cuarto de la mañana, tan solo lleva veinte minutos despierto, y aún queda mucho para que sea absorbido por la vorágine diaria. Poco antes de las cinco, está encontrándose a sí mismo en un diario que todavía tiene por estrenar. Más agua. También en la cara, ya que sumerge su rostro en un barreño repleto de hielos. Y por fin dan las seis.

En apenas unos minutos, se viste y se calza unas deportivas y, ahora sí, se dispone a salir de casa para ir al gimnasio. Suponemos que su lugar de entreno está justo debajo de su casa, no solo porque no tarda nada en llegar, sino porque es el único que se ejercita en un hangar repleto de cintas de correr. Ahí pasa alrededor de una hora, hasta que llegan las siete y media, cuando se da un chapuzón en su glamurosa piscina en la que tampoco hay nadie salvo algún operario de limpieza y una amable criada que le tiende una toalla al salir del agua.

Dan las ocho de la mañana y vuelve a meterse bajo el agua, esta vez de su ducha. Pocos minutos antes de las nueve, hace una de las cosas que más estupor ha generado: se come un plátano cuya monda frota por su cara debido a sus propiedades exfoliantes. Y, a continuación, de nuevo se sumerge en un barreño de agua helada. A las nueve y cuarto, parece que por fin se dispone a iniciar su jornada laboral en lo que parece ser una reunión por videollamada o un videoblog de su canal. Alguien (o mejor dicho, unas manos, un cuerpo femenino sin rostro ni identidad) le prepara un rico desayuno que engulle desde su escritorio acompañado de su inseparable agua de marca. Y fin.

Potenciado por el algoritmo

Una mañana ideal. Uno de los momentos más íntimos para una persona normal y corriente como viene a ser el ratito posterior a levantarse de la cama queda diariamente pautado y registrado en vídeo. Y es por esto mismo por lo que seguramente si usas X (antes Twitter) y eres aficionado al gimnasio o a las rutinas de autocuidado, seguramente ya le conozcas. En caso contrario, el todopoderoso algoritmo habrá hecho de las suyas para recordarte que si quieres prosperar en la vida, sentirte bien mental y físicamente, y alcanzar el éxito, lo primero que debes hacer es levantarte mucho antes que el común de los mortales y someterte a una dura rutina de ejercicio físico y relax con el agua en sus diferentes formas (cubo de hielo, piscina, ducha, botella de marca rara highcost).

Foto: Foto: iStock.

Hace unos meses hablábamos del club de las 05:00 a.m., la tendencia que asocia los madrugones con el éxito personal y profesional. Se podría decir que Hall es la versión más radical de esta corriente en el contexto de un 'boom' de la industria del autocuidado masculino. Jack Dorsey, antiguo dueño de Twitter, abrió el camino al confesar en 2019 que lo primero que hacía nada más levantarse era sumergirse en una bañera de agua helada. En 2023, el mercado de productos de higiene, antienvejecimiento, afeitado, desodorantes o perfumes masculinos alcanzó un valor de 85.200 millones de dólares, según los últimos datos, que preveen que las ganancias e ingresos seguirán incrementándose de manera exponencial en los próximos años. Unas cifras que concuerdan con las cifras de audiencia de quienes son los máximos vendedores de estos productos y estilo de vida: los gymbros como Hall, cuyos vídeos en YouTube alcanzan las 1.000 millones de visitas en apenas 30 días.

"Ponerse guapo y deseable es solo una faceta del autocuidado. Comer bien es otra. Consentirse un 'caprichito' también"

En las últimas horas, se han hecho virales parodias y versiones del vídeo de Hall, que han terminado por convertirlo en una auténtica celebridad incluso para aquellos que no siguen a ningún influencer del fitness como él. Más allá de la chanza, su vídeo y su personaje son el epítome de una sociedad obsesionada por el emprendimiento. La mejor empresa eres tú mismo, y la soledad y el lujo que le rodean parecen no achantarle de su ascenso a la cima: es el protagonista absoluto de su vida y su mayor misión pasa por autocuidarse hasta la obsesión, milimetrando cada minuto hasta el punto de jugar con la propia realidad en esa zambullida interminable en la piscina (seguramente hecha a propósito para amplificar su audiencia y que el vídeo consiguiera hacerse viral). ¿Hasta qué punto podemos tomar a Hall de ejemplo o qué peligros entraña el hecho de considerar a este tipo de influencers como modelos a seguir?

"Lo que entendemos por autocuidado pertenece a un ámbito muy amplio", explica Rafael San Román, psicólogo, a este diario. "Puedes cuidarte a ti mismo en ámbitos como la alimentación o la actividad física, pero también en cómo afrontas las relaciones, cómo te consientes ciertas cosas o potencias tus cualidades, das espacio a tus propios gustos y necesidades... El autocuidado puede atender a tu salud física, sí, pero también a tu bienestar o noción psicológica. Por tanto, podríamos afirmar que hay gente que es muy negligente en ciertas áreas de ese autocuidado, mientras que atienden mejor otras parcelas".

"Para saber qué necesitas primero tienes que conocerte a ti mismo, y para ello hay que observarse y dejarse influir por las observaciones ajenas"

Si atendemos a la perspectiva del terapeuta y autor de ¿Qué le cuento a mi psicólogo? (2024), podemos deducir que el autocuidado de Hall atiende solo a la parte física, aunque bien es cierto que el detalle de escribir en un cuaderno hace que su sesión matutina sea más completa. "Ponerse guapo y deseable es solo una faceta del autocuidado", explica San Román, quien incide en la importancia de no dejarse convencer por estas máximas del autocuidado que solo atienden a la parte física. "Comer bien es otra. Consentirse un caprichito también. Para saber qué es lo que necesitas primero tienes que conocerte, y para conocerse a uno mismo hay que observarse, escucharse, dejarse influir por las observaciones perspicaces de los demás hacen de nosotros". Y, en este sentido, Hall no llega al aprobado: no sabemos lo que hará el resto del día, pero según lo que muestra en el vídeo, no hay muchas personas a su alrededor.

¿Un narcisista?

El hecho de que Hall esté demasiado pendiente de su físico o de su salud pueden convertirlo en un sospechoso narcisista. San Román defiende que hay un tipo de narcisismo bueno, saludable, que fortalece la autoestima y que emerge cuando nos cuidamos o nos sentimos atractivos. "Esto ocurre cuando nos validamos y reforzamos unos a otros, y no es nada malo, sino positivo", asegura. "Otra cosa es el narcisismo en su versión más tóxica, el cual implica una visión distorsionadamente positiva de nosotros mismos que se muestra en una superficialidad y vanidad desproporcionadas. Este narcisismo es solo ver nuestro ombligo y venerarnos como si fuésemos una estatua de piedra a la que hay que estar quitando el polvo y maquillando todo el tiempo, y esto obviamente es una fuente de malestar".

Foto: Solo un tipo normal (y tranquilo).

Por tanto, antes que caer en la obsesión narcisista del autocuidado, la cual entronca mucho con el consumismo al precisar de tantos productos comerciales potenciados por el algoritmo, habría que enfocarse en el autoconocimiento de uno mismo para saber qué es lo que realmente necesitas. Hall hace lo propio escribiendo en su diario, pero hay que tener en cuenta que si te levantas a las tres de la mañana para dedicar más de cuatro horas a entrenar y relajarte, no te quedará mucho tiempo para dedicar a otras cosas que no sean ir al gimnasio o cuidar el aspecto físico. A no ser que tengas el superpoder de detener el tiempo, lo cual es mucho más fácil si tienes a tu disposición a un montón de gente que trabaja para ti y te hace el desayuno.

De media, un hombre bien musculado tarda entre tres y cuatro minutos en caer a una piscina llena de agua tras saltar de cabeza. Esto puede parecer mucho tiempo, pero en la realidad paralela de las redes sociales, apenas es nada. Menos aún si tenemos en cuenta las prisas cotidianas: eso de que "el tiempo se pasa volando" no solo se aplica a los ratos de diversión con amigos, también a las mañanas de lunes, martes, miércoles, jueves... Especialmente si tienes hijos a tu cargo y debes llevarles al colegio, no has hecho el táper para comer en la oficina o quieres ir al gimnasio antes de comenzar tu rutina laboral.

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