Qué es exactamente la capa blanca que cubre los fuets y muchos embutidos: ¿es comestible o no?
Aunque algunos consumidores la eliminan antes de comerlos, esta fina cobertura cumple una función esencial en la conservación y el desarrollo del sabor
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El fuet y otros embutidos curados tienen una característica inconfundible: una capa blanca en su superficie. Aunque algunos consumidores la eliminan antes de comerlos, esta fina cobertura cumple una función esencial en la conservación y el desarrollo del sabor. Pero, ¿qué es realmente este recubrimiento? ¿Es seguro comerlo o hay que quitarlo?
Esa capa blanca no es otra cosa que un hongo del género Penicillium, similar al que se usa en algunos quesos como el Roquefort. Su presencia protege al embutido durante el proceso de curación, evitando que aparezcan microorganismos no deseados. Además, este moho contribuye a potenciar su aroma y a mantener su textura en óptimas condiciones.
¿Por qué se forma y para qué sirve?
Los productores de embutidos fomentan el crecimiento de este hongo en un ambiente controlado para garantizar que el proceso de curado se desarrolle correctamente. De hecho, en muchos casos se le añade harina o almidón para facilitar su aparición y favorecer un desarrollo uniforme.
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Más allá de su función protectora, el Penicillium es clave en la maduración del embutido, aportándole esos matices de sabor tan característicos. Sin él, productos como el fuet, el salchichón o la longaniza no tendrían su particular toque aromático.
¿Se puede comer la capa blanca del embutido?
Sí, es totalmente comestible y no supone ningún riesgo para la salud. De hecho, su presencia es una señal de que el embutido ha seguido un proceso de curado tradicional y seguro. Sin embargo, su consumo es opcional. Hay quienes prefieren retirarla por su textura o sabor, lo cual se puede hacer fácilmente frotando la superficie con un paño seco. En cualquier caso, eliminarla no afecta a la calidad del embutido, aunque sí puede modificar ligeramente su sabor.
Existen falsas creencias que asocian este moho con deterioro o contaminación, pero lo cierto es que su aparición es intencional y beneficiosa. Lejos de ser perjudicial, su presencia indica que el embutido se ha curado correctamente y que está en perfectas condiciones para el consumo.
El fuet y otros embutidos curados tienen una característica inconfundible: una capa blanca en su superficie. Aunque algunos consumidores la eliminan antes de comerlos, esta fina cobertura cumple una función esencial en la conservación y el desarrollo del sabor. Pero, ¿qué es realmente este recubrimiento? ¿Es seguro comerlo o hay que quitarlo?