Te estás equivocando: así puedes lavar las almohadas en la lavadora para que no se estropeen

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Mantener las almohadas limpias es esencial para garantizar un descanso saludable. Con el tiempo, acumulan polvo, ácaros, sudor y grasa, lo que puede afectar su higiene y comodidad. Aunque muchas personas solo lavan las fundas, es importante limpiar las almohadas completas con regularidad para evitar alergias y malos olores.

Antes de lavarlas, es fundamental revisar la etiqueta de cuidados para asegurarse de que son aptas para la lavadora. No todas las almohadas pueden someterse al mismo proceso de limpieza, ya que los materiales de relleno varían y requieren distintos tratamientos. Por ejemplo, las almohadas de fibra sintética o plumón son aptas para su limpieza a máquina. En el caso de las almohadas de espuma, algunas pueden lavarse a máquina si así lo indica la etiqueta.

Paso a paso para lavar almohadas en la lavadora

Si la etiqueta indica que la almohada puede lavarse a máquina, sigue estos pasos para garantizar una limpieza eficaz y segura:

• Pretratamiento de manchas: Aplica un quitamanchas en las zonas con suciedad visible y deja actuar unos 15 minutos antes del lavado.
• Colocación en la lavadora: Introduce al menos dos almohadas a la vez para equilibrar el tambor y evitar que se deformen.
• Elección del detergente: Usa un detergente suave sin colorantes ni perfumes para proteger las fibras del tejido.
• Selección del ciclo de lavado: Utiliza un programa suave o delicado con agua templada para evitar daños en la estructura de la almohada.
• Ciclo de aclarado adicional: Activa un segundo enjuague para eliminar cualquier residuo de detergente.

Cómo secarlas correctamente

El secado es un paso clave para evitar la acumulación de humedad y la formación de moho. La mejor opción es usar una secadora a temperatura baja o media, agregando un par de bolas de secado o pelotas de tenis para mantener la esponjosidad del relleno. Si prefieres secarlas al aire, colócalas en un lugar ventilado y evita la exposición directa al sol, ya que podría deteriorar los materiales. Asegúrate de que estén completamente secas antes de volver a utilizarlas.

Para garantizar su higiene, las almohadas deben lavarse cada tres o seis meses. Además, se recomienda usar fundas protectoras y lavarlas cada dos semanas para reducir la acumulación de suciedad.