Cómo quitar las manchas de vino de la ropa: estos son los trucos de los expertos

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Las manchas de vino tinto son una de las más temidas en el hogar debido a la intensidad de su color y la rapidez con la que se adhieren a los tejidos. Su composición, rica en pigmentos denominados antocianinas, hace que el vino penetre con facilidad en la tela, dificultando su eliminación si no se actúa con rapidez.

Los expertos destacan la importancia de actuar de inmediato para evitar que la mancha se fije de forma permanente. Según recomiendan desde Ribes y Casals, empresa especializada en textiles desde 1933, existen diversas técnicas caseras que pueden ayudar a eliminar estas manchas sin dañar la prenda. A continuación, te explicamos los mejores trucos para acabar con este problema de manera eficaz.

Los consejos de los expertos

Uno de los métodos más efectivos es el uso de sal de mesa. Para aplicarlo correctamente, se debe espolvorear una cantidad generosa de sal sobre la mancha aún húmeda. La sal actúa como un agente absorbente que extrae el vino de las fibras del tejido, evitando que se extienda. Pasados unos minutos, la sal adquirirá un tono rosado, lo que indica que está absorbiendo el líquido. Este truco es especialmente útil en tejidos gruesos como algodón o lino.

Otro remedio popular es el uso de vino blanco con bicarbonato de sodio. Puede parecer contradictorio, pero el vino blanco neutraliza los pigmentos del tinto. Para ello, se debe verter una pequeña cantidad de vino blanco sobre la mancha y, a continuación, espolvorear bicarbonato de sodio hasta formar una pasta. Esta mezcla debe reposar durante unas horas antes de lavar la prenda con agua fría.

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El Confidencial

Para las manchas que han tenido más tiempo para asentarse, la leche caliente puede ser una excelente opción. Calienta leche sin que llegue a hervir y sumerge la zona afectada en el líquido. La caseína presente en la leche ayuda a disolver los taninos del vino, facilitando su eliminación. Tras dejar la prenda en remojo durante unas horas, se recomienda lavarla con agua fría. En el caso de tejidos más resistentes como el algodón grueso, una solución rápida y efectiva es el uso de agua hirviendo. Para ello, se debe colocar la prenda sobre un bol grande y verter agua caliente directamente sobre la mancha desde una altura aproximada de un metro. La fuerza del agua y el calor ayudarán a descomponer los pigmentos y expulsarlos del tejido.

Además de estos métodos, los expertos aconsejan evitar frotar la mancha, ya que esto puede hacer que el pigmento se extienda aún más por la tela. En su lugar, se recomienda presionar con un papel absorbente o un paño limpio para retirar el exceso de líquido antes de aplicar cualquier tratamiento.