El criminólogo español Vicente Garrido explica el caso más surrealista que ha conocido: "Había conseguido jubilarse"

El criminólogo Vicente Garrido, reconocido experto en perfiles criminales, desveló en The Wild Project el caso más surrealista que ha conocido en su carrera. Se trata de la historia de Dennis Rader, conocido como BTK, un asesino en serie que logró eludir a la justicia durante décadas hasta que su propio ego lo delató.

Durante la entrevista con Jordi Wild, Garrido explicó que Rader, tras haber cometido diez asesinatos entre los años 70 y 90, decidió dejar de matar. Sin embargo, en 2004, cuando un periódico publicó un artículo cuestionando su autoría en algunos crímenes, su vanidad lo llevó a contactar con el medio. "¡Cómo que eso no lo he matado yo!", dijo indignado, según relata Garrido.

A partir de ese momento, BTK comenzó a enviar pruebas a la policía para demostrar su culpabilidad, incluyendo objetos personales de las víctimas y cartas detallando los asesinatos. Pero fue su decisión de enviar un disquete lo que permitió a los investigadores rastrear su identidad. "Cuando leyeron los metadatos del disquete, aparecía: Dennis Rader, parroquia de no sé quién", comentó Garrido, resaltando la ironía de que su captura se debiera a un simple error tecnológico.

El criminólogo subrayó que el caso de Rader es un ejemplo claro del "psicópata integrado", un asesino en serie que lleva una doble vida sin despertar sospechas. Rader era un hombre respetado en su comunidad, líder de los Boy Scouts y tesorero de su iglesia. "Era un tipo con una doble cara impresionante", añadió.

Otro aspecto impactante del caso es cómo BTK logró frenar su instinto asesino durante más de una década. Garrido señaló dos posibles explicaciones: "O la pulsión por matar disminuye con la edad o los asesinos más inteligentes han comprendido que, con los avances forenses y tecnológicos, hoy es mucho más difícil quedar impune".

El caso de BTK es solo uno de los muchos que han cambiado la forma en que se estudia la criminología. Como concluyó Garrido en la entrevista, "el ego de los psicópatas es su peor enemigo". Su necesidad de reconocimiento acabó llevándolo directo a la cárcel.