Ni lejía ni amoniaco: el sencillo truco para limpiar el cristal de tu horno en dos minutos

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Limpiar el cristal del horno puede parecer una tarea complicada, pero existe un método rápido y eficaz que no requiere productos agresivos. En lugar de utilizar lejía o amoniaco, basta con emplear una mezcla de ingredientes comunes que se encuentran en cualquier hogar. Con este truco, el cristal queda impecable en tan solo dos minutos, sin necesidad de frotar en exceso ni de exponer el ambiente a sustancias químicas fuertes.

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P. C.

Para aplicar esta técnica, solo hay que mezclar bicarbonato de sodio con un poco de agua hasta formar una pasta espesa. Esta mezcla se extiende sobre el cristal del horno y se deja actuar durante un breve periodo de tiempo. Luego, con la ayuda de un paño húmedo, se retiran los restos, eliminando con facilidad la grasa y la suciedad incrustada. Este procedimiento es seguro y ecológico, ideal para quienes buscan alternativas naturales.

Uno de los principales beneficios de este método es que no deja residuos tóxicos en el horno, algo fundamental para la seguridad alimentaria. Además, el bicarbonato de sodio es un producto asequible y versátil, que puede utilizarse en diversas tareas domésticas. Su poder abrasivo suave permite eliminar la suciedad sin dañar la superficie del cristal, prolongando así su buen estado y manteniendo el horno en condiciones óptimas.

Este truco se ha vuelto cada vez más popular entre quienes prefieren soluciones caseras para la limpieza del hogar. Su eficacia ha sido comprobada por muchas personas que destacan la rapidez y sencillez del proceso. Frente a otros productos más agresivos, esta alternativa resulta práctica, económica y respetuosa con la salud y el medioambiente. Con apenas unos minutos de dedicación, es posible conseguir un horno limpio y sin esfuerzo.