Ni polvo ni olores: el sencillo truco para lavar las sábanas en la lavadora para que no se estropeen

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Las sábanas limpias no solo son esenciales para disfrutar de un buen descanso, sino que también son fundamentales para mantener nuestra salud, ya que con el tiempo pueden acumular gérmenes. Aunque lavar las sábanas puede parecer una tarea sencilla, hacerlo correctamente es crucial para evitar que se estropeen o adquieran malos olores. Aquí te contamos cómo hacerlo sin cometer errores y para que tus sábanas queden frescas y suaves.

El primer paso para lograr unas sábanas limpias y bien cuidadas es seleccionar el ciclo adecuado en tu lavadora. Las sábanas voluminosas deben lavarse en un ciclo especial que utilice agua caliente, baja velocidad de centrifugado y más agua para evitar que se enreden. Sin embargo, es importante revisar siempre las etiquetas de cuidado de las sábanas antes de lavarlas, ya que algunos tejidos, como la seda o el satén, requieren un ciclo más suave. Cuando laves tus sábanas, es recomendable que las separes de otros textiles, como toallas o edredones. De esta forma, evitarás que se formen bolitas o pelusa en el material. Además, asegúrate de distribuirlas de manera uniforme en la lavadora para evitar que se amontonen o se enganchen, lo que podría interferir con el proceso de lavado.

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Aunque el suavizante de telas puede hacer que las sábanas huelan bien, no es recomendable usarlo, especialmente en sábanas de materiales naturales. Este producto puede reducir la capacidad de absorción de los tejidos, lo que puede ser un problema para sábanas de algodón o lino. Para las sábanas blancas, un truco efectivo es agregar media taza de blanqueador durante el ciclo de enjuague final para devolverles su brillo natural y eliminar manchas amarillentas.

Una vez que las sábanas estén limpias, es importante secarlas correctamente para mantener su textura y evitar que se estropeen. Si las secas en la secadora, elige una temperatura baja para evitar el desgaste del tejido. De igual manera, es recomendable no secarlas por demasiado tiempo. Como consejo adicional, puedes añadir bolas de goma o lana a la carga para ayudar a que el secado sea uniforme y evitar que se formen bolitas. Si prefieres un método más natural, las sábanas más delicadas, como las de seda o satén, pueden secarse al aire en un tendedero.