Ni los genes ni la alimentación: este es el factor que afecta a nuestro envejecimiento, según la ciencia
Una última investigación científica ha concluido que los elementos que condicionan la calidad de vida de una persona en edades avanzadas pueden ser muy diversos.
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Uno de los deseos vitales más frecuentes entre la población es el de vivir muchos años gozando de una buena salud. En este sentido, existen diferentes factores que contribuyen a que dicho propósito se haga realidad. Si bien durante mucho tiempo se le ha dado especial relevancia a la genética o a la práctica de hábitos sanos y equilibrados en nuestra vida cotidiana, parece que son otros elementos los que determinan este aspecto.
Esto es lo que han declarado los responsables de una investigación reciente de Oxford Population Health en Reino Unido, los cuales han obtenido sus datos a partir del medio millón de sujetos procedentes del Biobanco del Reino Unido. Las conclusiones que han alcanzado apuntan a que son numerosas y diferentes condiciones ambientales y factores derivados del entorno los que mayor número de consecuencias poseen respecto a la calidad de la salud en edades avanzadas y la mortalidad prematura.
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Durante el proceso de análisis, los investigadores estudiaron el impacto de más de un centenar de elementos del ambiente, así como el riesgo genético de 22 enfermedades vinculadas al envejecimiento y el fallecimiento prematuro. Si bien es cierto que la herencia genética juega un papel clave en el surgimiento de afecciones de gravedad como el cáncer, estos nuevos descubrimientos han puesto el foco de la comunidad científica sobre los ambientes que son más propicios para la aparición de cuadros cardíacos, hepáticos y pulmonares.
La importancia del entorno en nuestra vida
A través de un sistema basado en la medición de los niveles de proteínas en sangre, los expertos pudieron calcular la velocidad de envejecimiento de una persona a lo largo de su vida. Dicho método fue la clave para relacionar los factores ambientales con el deterioro biológico fruto del paso del tiempo. Es así como comprobaron que la tasa de variabilidad en el riesgo de mortalidad en dichos factores era de un 17%, muy superior al 2% perteneciente a la predisposición genética.
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Fueron varios los elementos del entorno que fueron influyentes en el envejecimiento de los individuos, destacando principalmente el tabaquismo, el nivel socioeconómico, la actividad física y las condiciones de vida. Todas ellas se relacionaban con el desarrollo de diversas enfermedades, superando la veintena en el caso del consumo de tabaco.
Uno de los puntos más destacados del estudio fue que hasta 23 de las afecciones que podían surgir bajo estos parámetros, se podían cambiar y aminorar con modificaciones en el estilo de vida o en el sistema político. Otras de las causas más concretas que mostraron que influyen en la mortalidad de los individuos es el peso corporal en la infancia y el tabaquismo durante el embarazo. Y es que la exposición a diferentes elementos en edades tempranas puede ser un hecho diferenciador en la esperanza de vida de la persona en cuestión.
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