Cómo consumir omega-3 cada día para reducir la inflamación y mejorar la elasticidad de la piel

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Los ácidos grasos omega-3 desempeñan un papel fundamental en el organismo al contribuir a la reducción de la inflamación y favorecer la elasticidad de la piel. Debido a que el cuerpo humano no los produce de manera natural, es necesario obtenerlos a través de la alimentación.

De acuerdo con la Clínica Universidad de Navarra, el omega-3 se encuentra en una variedad de alimentos, destacando los pescados grasos como el salmón, la caballa y las sardinas, que contienen ácido eicosapentaenoico (EPA) y ácido docosahexaenoico (DHA). También existen fuentes vegetales, como las semillas de lino y chía, ricas en ácido alfa-linolénico (ALA), aunque su aprovechamiento en el cuerpo es más limitado.

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S. López

Incluir omega-3 en la dieta de forma regular no solo mejora la salud interna del organismo, sino que también influye positivamente en la piel, aportándole hidratación y ayudando a mantener su elasticidad natural. Según información recogida por la empresa española dedicada a la distribución de probióticos y suplementos alimenticios de alta calidad, Nutribiótica, estos ácidos grasos tienen propiedades antiinflamatorias que pueden ser beneficiosas en la reducción de problemas cutáneos como el acné o la psoriasis. Además, se ha observado que pueden desempeñar un papel en la protección frente al envejecimiento prematuro causado por factores externos como la exposición solar.

Para aprovechar al máximo los beneficios del omega-3, los especialistas recomiendan combinar su consumo con una alimentación equilibrada y hábitos saludables. Más allá del impacto en la piel, estos nutrientes desempeñan un papel clave en el funcionamiento del sistema cardiovascular y el cerebro, por lo que su presencia en la dieta diaria resulta esencial.