Descubre la única técnica demostrada científicamente para evitar que salga moho en las fresas

• Cómo consumir proteínas magras cada día para acelerar tu metabolismo de forma natural
• Ni la nevera ni el congelador: el nuevo producto de Lidl que podría almacenar los alimentos

Las fresas, reconocidas por su delicada textura, sufren deterioro acelerado al poco tiempo de su compra. Un innovador procedimiento basado en la termoterapia viene a ampliar la vida útil de esta fruta de una vez por todas. La técnica consiste en sumergirlas durante treinta segundos en agua a temperaturas controladas, eliminando bacterias y hongos que deterioran su calidad. Este método resulta útil en entornos de alta demanda.

TE PUEDE INTERESAR

Cómo consumir jengibre cada día para tener más colágeno de forma natural

P. C.

El creador de contenido @Soycienciaycocina ha demostrado que aplicar la termoterapia a las fresas genera resultados sorprendentes. Tras cuatro días, aquellas sometidas al tratamiento exhiben apariencia impecable, mientras que las únicamente lavadas presentan moho avanzado. La técnica, basada en sumergir la fruta en agua caliente y enfriar inmediatamente, reduce la proliferación de gérmenes y prolonga su frescura, lo que beneficia tanto a consumidores como a distribuidores en mercados exigentes.

Ante la dificultad de medir la temperatura exacta, se recomienda alternar agua hirviendo con agua fría para lograr el efecto deseado. Tras el tratamiento las fresas deben ser enjuagadas con agua fría, secadas cuidadosamente y almacenadas en un recipiente preferentemente con papel absorbente en un entorno refrigerado Esta estrategia adoptada por profesionales asegura que la fruta conserve sus propiedades, contrastando notablemente con métodos convencionales.

La aplicación de esta técnica innovadora contribuye a reducir notablemente el desperdicio alimentario. Al evitar que las fresas desarrollen moho en pocos días, el método termo terapéutico prolonga su frescura y calidad. De este modo, se minimiza la pérdida de productos perecederos, optimizando el consumo y reduciendo el impacto ambiental. Esta solución práctica beneficia a consumidores y comercios, ofreciendo una alternativa efectiva para conservar frutas y aprovechar mejor los recursos disponibles.