¿Por qué se le ponen herraduras a los caballos y a otros animales no? Este es el motivo
Si alguna vez te has preguntado por qué a los caballos se les pone estos útiles mientras que a otros animales domésticos no, aquí está la respuesta
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A lo largo de la historia, los caballos han sido animales fundamentales para diferentes actividades humanas, desde el transporte hasta el trabajo en el campo. Una de las imágenes más comunes al pensar en ellos es la de sus herraduras, piezas metálicas semicirculares que protegen sus pezuñas. Sin embargo, es interesante notar que las vacas, otro animal que ha sido vital en la vida rural, no llevan herraduras. ¿Por qué se da esta diferencia?
Los caballos, especialmente los domesticados, recorren una amplia variedad de terrenos y son utilizados para múltiples tareas. Debido a esto, sus pezuñas pueden desgastarse de manera desigual o más rápidamente que en condiciones naturales, lo que podría derivar en problemas de salud si no se toman medidas. Las herraduras no solo protegen los cascos del caballo, sino que también les proporcionan tracción y estabilidad en superficies difíciles como el barro o el hielo, y ayudan a aquellos que sufren de enfermedades que afectan sus pezuñas, como la laminitis o la artritis.
Por el contrario, las vacas no realizan las mismas actividades que los caballos. No se les somete a carreras, no se utilizan para el transporte ni para labores que impliquen recorrer terrenos irregulares con frecuencia. Esta diferencia en la exigencia física hace innecesario el uso de herraduras en estos animales, como explica un artículo de Mental Floss. Sus pezuñas, divididas en dos partes (conocidas como pezuñas hendidas o cloven hooves), se desgastan de manera más natural en el día a día de las vacas, que suelen moverse en terrenos más suaves y menos variados que los caballos.
A diferencia de los caballos, el estilo de vida de las vacas no demanda el mismo nivel de protección y tracción en sus pezuñas
Si bien los bovinos no necesitan herraduras, sí requieren cuidados regulares en sus pezuñas. Los especialistas recomiendan que sus cascos sean recortados y mantenidos, generalmente, unas dos veces al año para evitar problemas en su salud. Históricamente, los bueyes, que se utilizaban como animales de tiro en las labores agrícolas, sí solían llevar una especie de herraduras adaptadas a sus pezuñas divididas.
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Sin embargo, con la disminución del uso de estos animales en trabajos de campo en el siglo XX, esta práctica también se ha vuelto menos común. La razón por la que las vacas no usan herraduras se debe a que, a diferencia de los caballos, su estilo de vida no demanda el mismo nivel de protección y tracción en sus pezuñas. Mantenerlas saludables solo requiere de un recorte regular, lo que es suficiente para evitar complicaciones en su día a día.
A lo largo de la historia, los caballos han sido animales fundamentales para diferentes actividades humanas, desde el transporte hasta el trabajo en el campo. Una de las imágenes más comunes al pensar en ellos es la de sus herraduras, piezas metálicas semicirculares que protegen sus pezuñas. Sin embargo, es interesante notar que las vacas, otro animal que ha sido vital en la vida rural, no llevan herraduras. ¿Por qué se da esta diferencia?