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Descubre los tres puntos clave para saber si un huevo es fresco o no
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Descubre los tres puntos clave para saber si un huevo es fresco o no

Todas las partes del huevo, desde la yema hasta la cáscara, nos dan pistas sobre la calidad y la frescura del huevo

Foto: Comprueba el estado real de los huevos (Klaus Nielsen / Pexels)
Comprueba el estado real de los huevos (Klaus Nielsen / Pexels)

Determinar la frescura de un huevo es sencillo si se conocen ciertos detalles. Uno de los primeros indicadores es la estructura de la clara. Cuando un huevo es fresco, la clara se compone de una parte densa y otra más líquida, pero siempre debe estar bien integrada con la yema. Si la clara es demasiado acuosa y se separa fácilmente, el huevo ha perdido calidad. Además, es importante que la yema se mantenga en el centro, sostenida por unas espirales de proteínas.

Foto: ¿Ha llegado el final de los calvos? (Sasirin Pamai / Getty)

Otro aspecto fundamental es la consistencia y apariencia de la yema. En un huevo fresco, la yema es brillante, con una forma esférica y firme, similar a una pelota de ping pong. Su textura debe ser untuosa y su color intenso, señal de una buena alimentación de la gallina. Si la yema pierde su estructura y se desparrama con facilidad al romper el huevo, indica que ha pasado demasiado tiempo desde su puesta.

La prueba de la burbuja de aire también es clave para determinar la frescura. En la base del huevo hay una pequeña cámara de aire que se agranda con el tiempo. Un huevo recién puesto tiene una burbuja diminuta, mientras que, con el paso de los días, esta aumenta de tamaño. Si el huevo flota en un recipiente con agua, significa que la burbuja es grande y, por lo tanto, el huevo ya no es fresco.

Finalmente, la resistencia de la membrana vitelina, que envuelve la yema, es otro indicador. Cuando está fuerte, la yema se mantiene firme y se puede manipular sin romperse. En cambio, si la membrana es frágil y la yema se deshace con facilidad, el huevo ha perdido su frescura. Todos estos detalles permiten reconocer un huevo en buen estado y aprovechar mejor sus propiedades nutricionales y culinarias.

Determinar la frescura de un huevo es sencillo si se conocen ciertos detalles. Uno de los primeros indicadores es la estructura de la clara. Cuando un huevo es fresco, la clara se compone de una parte densa y otra más líquida, pero siempre debe estar bien integrada con la yema. Si la clara es demasiado acuosa y se separa fácilmente, el huevo ha perdido calidad. Además, es importante que la yema se mantenga en el centro, sostenida por unas espirales de proteínas.

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