Adiós a la piel de las mandarinas: el sencillo truco para pelarlas en tan solo unos segundos

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Una vida saludable se sustenta en dos pilares fundamentales. Si bien una rutina de ejercicios completa resulta de gran importancia, esta no puede funcionar si no la complementamos con una alimentación saludable. En este sentido, debemos llevarnos a la boca comidas de todo tipo, las cuales nos aportarán los nutrientes necesarios para llevar a cabo nuestro día a día.

La fruta es, sin duda, una de las claves imprescindibles de este estilo de vida sano y equilibrado. Entre todas las piezas que existen, una de las preferidas entre la población es la mandarina. Esta dispone de nutrientes muy favorecedores que nos ayudarán a combatir problemas de salud de tipo cardíaco, infecciones, alergias e incluso varias clases de cáncer. Además, contribuye a una reducción del colesterol en nuestro organismo, así como de nuestra presión arterial y deshidratación.

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Si bien su sabor puede ser muy popular, la piel que las envuelve es, en ocasiones, significativamente resistente. Esto provoca numerosos contratiempos en los usuarios que las consumen de manera frecuente a la hora de retirarla, puesto que existen casos en los que la cáscara parece estar pegada a la fruta de manera férrea.

Truco desprender la piel facilmente

Si bien la adherencia de la piel de la mandarina depende de cada variante de las mismas, esta suele ser más difícil de desprender cuanto más jugosa está. Es por este motivo por el que la molestia se acentúa todavía más. Sin embargo, con el truco adecuado, podemos evitar este tipo de quebraderos de cabeza en un santiamén.

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Existe un método de frutería con el que podremos retirar la piel de las mandarinas de manera sencilla y rápida. Para ello, contaremos con un cuchillo con un buen filo. En este sentido, cortaremos la mandarina a la mitad de manera transversal, quedándonos dos partes. Posteriormente, apretaremos desde el culo de la mandarina hacia fuera, de forma que los gajos comenzarán a desprenderse con facilidad.

Gracias a este método, la mandarina quedará repartida en porciones reducidas, permitiéndonos comerla sin mayores problemas. Por otro lado, se recomienda conservar la piel, ya que puede emplearse en diferentes recetas gastronómicas, especialmente en la creación de dulces o en la elaboración de infusiones.