Así es la historia del millonario que lleva 25 años viviendo en un crucero: esta es la única razón por la que baja a tierra

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Hace más de 25 años, Mario Salcedo tomó una decisión que le cambiaría la vida. Tras una eternidad dedicado exclusivamente al trabajo, este inversor financiero se propuso convertir los cruceros en su nuevo hogar, razón por la que desde entonces ha vivido de manera ininterrumpida en la compañía Royal Caribbean, en la cual lleva acumuladas más de 1.100 travesías entre las que apenas ha pisado tierra firme.

Su historia comenzó tras una exitosa carrera en el mundo de las finanzas. Sin ataduras familiares y con el deseo de escapar de la rutina, decidió embarcarse en un crucero, y lo que comenzó como unas vacaciones pronto se transformó en un estilo de vida. Con el tiempo, enlazó un viaje tras otro hasta que el océano se convirtió en su única residencia. La tripulación, acostumbrada a su presencia, lo apodó “Super Mario”, en referencia a su longeva estancia a bordo.

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A diferencia del resto de los pasajeros, que ven los cruceros como una escapada temporal, Salcedo ha hecho de ellos su vivienda habitual. Mantiene una rutina organizada y pasa gran parte del día en una mesa de la cubierta que él mismo ha bautizado como la “Oficina de Super Mario”. Desde allí, administra sus inversiones con su ordenador portátil, lo que le permite financiar su vida en el mar.

El dinero no es importante

El gasto anual en sus travesías oscila entre 70.000 y 100.000 euros. Para evitar contratiempos, planifica con más de 150 reservas de antelación, asegurándose así una continuidad sin interrupciones en sus viajes. En lugar de optar por camarotes de lujo, elige los interiores sin balcón, pues solo los utiliza para dormir y asearse. Prefiere pasar el día socializando, disfrutando de los espectáculos o bailando en las salas del barco.

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‘Enfermedad del desembarque’

Adaptarse al movimiento del mar durante tantos años ha tenido un impacto en su organismo. Con el tiempo, ha desarrollado la denominada “enfermedad del desembarque”, un trastorno que afecta al sistema vestibular del oído y provoca una sensación continua de balanceo al caminar en tierra firme. Este problema, que en la mayoría de los casos dura solo unos días, en su caso se ha convertido en algo crónico debido a su prolongada estancia en el mar.

"Me balanceo tanto que no puedo caminar en línea recta", ha explicado en varias entrevistas. Por esta razón, sus visitas a tierra firme son escasas y siempre por razones puntuales como hacer trámites bancarios, acudir a consultas médicas o comprobar que todo sigue en orden en su antiguo hogar, que ahora es tan solo un vago recuerdo.