Soy tecnóloga de alimentos y esta es la clave a la hora de comer mandarinas: "Hay dos Españas"

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Las mandarinas son una de las frutas más consumidas durante el invierno, apreciadas por su sabor dulce y facilidad para pelarlas. Sin embargo, muchas personas cometen un error común al comerlas, según advierte la dietista y tecnóloga de alimentos Cristina Lora. Se trata de eliminar las hebras blancas, conocidas como albedo, sin saber que contienen nutrientes beneficiosos para la salud.

El albedo es rico en fibra, pectina y compuestos fenólicos, sustancias que favorecen la digestión, aportan antioxidantes y benefician la salud cardiovascular. Según Lora, hay dos tipos de personas: quienes consumen estas fibras y quienes las eliminan por su textura. No obstante, insiste en que es recomendable dejarlas, ya que su consumo ayuda a aprovechar al máximo los beneficios nutricionales de la mandarina.

Otro aspecto relevante que destaca la experta es la importancia de lavar la mandarina antes de pelarla. Aunque su cáscara no se consuma, puede contener residuos de pesticidas o suciedad que se transfieren a la pulpa al manipularla. Enjuagarla con agua antes de pelarla reduce este riesgo y garantiza un consumo más seguro.

Mantener el albedo en las mandarinas y lavarlas antes de comerlas son prácticas sencillas que mejoran su aporte nutricional. Incluir esta fruta en la alimentación diaria, sin eliminar sus partes más beneficiosas, es una forma fácil de incrementar la ingesta de fibra y antioxidantes para una dieta más equilibrada.