Por qué las anginas pueden volver a aparecer aunque te las extirpen (y qué ocurre en otros órganos)
Un curioso caso de una mujer estadounidense refuerza la idea de que la medicina aún tiene mucho que descubrir sobre la capacidad regenerativa del cuerpo humano
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El cuerpo humano posee una capacidad sorprendente para regenerar ciertos tejidos y órganos, incluso aquellos que han sido extirpados quirúrgicamente. Un caso llamativo es la regeneración de las amígdalas, conocidas comúnmente como anginas, que pueden volver a crecer incluso después de haber sido removidas mediante una amigdalectomía.
Es lo que le sucedió a Katy Golden, una ciudadana británica que contaba su caso a la CNN. Un buen día, empezó a notar que estos órganos reaparecieron poco a poco después de haberse sometido a una operación hace 40 años. Uno de los factores que explica este fenómeno es la práctica de la amigdalectomía parcial. Este procedimiento, que deja intacta una parte del tejido amigdalino, se emplea con el objetivo de reducir complicaciones y acelerar la recuperación, especialmente en niños, como informa Live Science.
Sin embargo, según algunos estudios, aproximadamente un 6% de los pacientes pueden experimentar un crecimiento del tejido residual, lo que en algunos casos puede derivar en una segunda intervención. La regeneración de las anginas no es un caso aislado dentro de la biología humana. Según investigaciones médicas, otros órganos poseen una capacidad de regeneración notable. Un ejemplo ampliamente estudiado es el hígado, que puede regenerarse incluso a partir de solo un 10% de su tamaño original, permitiendo procedimientos como los trasplantes parciales.
El proceso de regeneración es esencial y se observa en otros sistemas del cuerpo, como la piel, el tejido óseo e incluso el endometrio
Algo similar ocurre con el bazo, un órgano susceptible a lesiones traumáticas. En algunos casos, pequeñas células del bazo pueden dispersarse dentro de la cavidad abdominal y dar lugar a nuevas estructuras funcionales en un fenómeno denominado esplenosis. Algunos estudios sugieren que hasta el 66% de los pacientes que han perdido el bazo pueden experimentar cierto grado de regeneración.
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Los pulmones también han demostrado capacidades regenerativas sorprendentes. La exposición al humo del tabaco y otros contaminantes puede destruir los alvéolos pulmonares, pero investigaciones recientes han demostrado que el cese del hábito tabáquico permite la regeneración de células sanas en el tejido pulmonar. Además, en casos donde un pulmón ha sido extirpado, el órgano restante puede aumentar su número de alvéolos para compensar la pérdida.
El proceso de regeneración es esencial para la vida y se observa en otros sistemas del cuerpo, como la piel, el tejido óseo e incluso el endometrio en las mujeres, que se renueva mensualmente. Estos ejemplos demuestran que, aunque la regeneración completa de órganos es una tarea compleja, el cuerpo humano posee mecanismos naturales que facilitan la recuperación y el mantenimiento de sus funciones vitales.
El cuerpo humano posee una capacidad sorprendente para regenerar ciertos tejidos y órganos, incluso aquellos que han sido extirpados quirúrgicamente. Un caso llamativo es la regeneración de las amígdalas, conocidas comúnmente como anginas, que pueden volver a crecer incluso después de haber sido removidas mediante una amigdalectomía.